Luego de que la Presidenta Michelle Bachelet sorprendiera al mercado con el anuncio de un gasto público que crecerá 3,9% en 2018 (por sobre el 3% esperado), fue el turno del ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, de explicar cómo se podía alcanzar esa cifra, cumpliendo con los objetivos de la regla fiscal chilena.
Con esta misión en carpeta, el jefe de la billetera fiscal expuso ante la Comisión Especial Mixta de Presupuesto el estado de la Hacienda Pública, donde señaló que los objetivos se alcanzan en base a una proyección de ingresos fiscales que crecen 7,4% el próximo año -otra sorpresa para los analistas-, alza que de concretarse sería la más relevante desde 2011.
De acuerdo con el titular de Hacienda, este aumento de los ingresos se deberá en gran medida al mejor desempeño de la economía, apostando a un aumento del PIB de 3%, mientras que el cobre se proyectó en US$ 2,88 la libra, superior a los US$ 2,2 usados para 2017.
Por otra parte, Eyzaguirre afirmó que la reforma tributaria permitirá una mayor recaudación el próximo ejercicio, además de señalar que las empresas translatinas de Chile anotarían un mayor aporte al Fisco en base a un mejor desempeño de la economía regional.
Desglosado por impuesto, la tributación de la economía -sin considerar la minería- crecería 5,6%, mientras que el sector minero privado aportaría 1,7%. Luego, los aportes previsionales sumarían un 0,3%, y Codelco un 0,2%. La categoría "otros", que resta 0,4 puntos porcentuales, arroja el 7,4% final.
Con todo, Eyzaguirre defendió el cálculo del ministerio, precisando que el mercado, al plantear el 3% como techo del gasto, solo podía realizar "un ejercicio relativamente rápido, porque obviamente no tienen la información disponible".
Además, planteó a los senadores y diputados de la comisión que "no hemos llevado ni la política monetaria ni la política fiscal a territorio que pueda comprometer nuestro crecimiento futuro, y se ha mantenido dentro del estricto espacio donde tendrá que seguir manteniéndose, de credibilidad".
Crítica de los expertos
A pesar del detalle expuesto por el economista, la mayoría de los expertos del sector privado cuestionó la decisión de Hacienda de no acotar en mayor medida el gasto.
En este sentido, el investigador senior del Centro de Estudios Públicos (CEP) y ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, fue uno de los primeros en salir a criticar la iniciativa, reconociendo que "me cuesta pensar que un 3,9% sea compatible con reducir el balance ajustado por el ciclo", según señaló en Enagro 2017.
Asimismo, varios economistas acusaron una pérdida de relevancia de la regla fiscal, considerando que ésta ha permitido seguir elevando el endeudamiento público, sin realmente avanzar en la consolidación fiscal.
Alejandro Fernández, economista de Gemines, señaló que "incluso si se cumple la regla, parece un objetivo excesivamente modesto dado el incumplimiento de los años anteriores. Se desprestigió la regla, la deuda pública seguirá creciendo, y veremos si efectivamente el déficit efectivo será menor".
En tanto, Sebastián Cerda, economista jefe de CorpResearch, sostuvo que, más allá de los supuestos de Hacienda, "lo relevante es que no hay ninguna consideración a la necesidad de dar un giro a la tendencia de crecimiento del gasto", con lo que agregó que "la regla fiscal no funcionó como contención a que el gasto permanente creciera por encima de lo que crece la economía".
Desde su perspectiva, Guillermo Pattillo, economista de la Usach y ex subdirector de Dipres, manifestó que "no es un presupuesto austero, y se deja la ficción de que se avanza en la reducción del déficit, pero no ayudará a mejorar las cuentas en el largo plazo".
Así, advirtió que "le pone una enorme responsabilidad al próximo gobierno de tener que sincerar las cifras y llevar adelante un verdadero ajuste fiscal, lo que será complejo. Los ingresos no crecerán lo que se dice".
De la misma manera, Carolina Grünwald, investigadora de LyD, criticó que la "regla de reducción del déficit estructural en términos de porcentaje del PIB, en base a parámetros 'comparables', ha resultado ser menos estricta", lo que a su juicio derivó en que "el gobierno recibió un -0,5% del PIB de balance estructural y vamos en -1,7% estimado para este año. Un alza brutal, aun 'cumpliendo la regla'"
Menor déficit fiscal
Aun así, el ministro Eyzaguirre remarcó, tal como lo señaló la Presidenta en cadena nacional, que el 3,9% de gasto "es consistente con una reducción de 0,25% en el déficit estructural", confirmando así que este bajaría a 1,5% del PIB gracias a ingresos estructurales que crecen un 5%.
En tanto, de continuar con esta meta fiscal establecida por el ex ministro de la cartera, Rodrigo Valdés, el Informe de Finanzas Públicas 2018 planteó que el déficit estructural caería a 1,2% del PIB en 2019, luego a 1% en 2020, y a 0,7% en 2021. De esta manera, la meta del balance estructural (0%) se concretaría recién en 2023.
Por su parte, el 7,4% de ingresos fiscales anticipados para 2018 permitiría reducir el déficit efectivo a 1,9% del PIB en 2018, su punto más bajo desde 2014.