Hace casi un año, en el Congreso, la Cámara de Diputados rechazaba por amplia mayoría la glosa del Ministerio de Educación correspondiente a Conicyt, la principal agencia financiadora de proyectos de investigación en Chile. Poco más de 300 mil millones de pesos que fueron considerados insuficientes, pero que días después fueron aprobados en el Senado, con sólo 150 millones de pesos de aumento.
La diputada Karla Rubilar (ind.), miembro de la Comisión de Ciencia y Tecnología, advierte que este año lo volverá a rechazar.
Para Conicyt, la propuesta es de poco más de 314 mil millones de pesos, un aumento de 0,41% respecto de 2016, explicado por el 31% de reajuste a gastos en personal y el 18% al programa de inserción de investigación (que queda en 5.710 millones). No obstante, lo asignado a becas nacionales o extranjeras e investigación básica y aplicada baja entre 0,42% y 3,54%.
"El año pasado se comprometieron con nosotros que iba a haber un aumento sustancial en materia de presupuesto para Conicyt y no lo cumplieron", dice la diputada. "Esto es de locos, porque todas estas quejas de que no tenemos plata, que el crecimiento está mal, tienen exactamente que ver con la poca inversión que tenemos en ciencia y tecnología. Estamos hipotecando el futuro de nuestro país y nadie reacciona. Yo, por lo menos, no voy a dar un voto a favor nunca más para el presupuesto de ciencia hasta que haya la prioridad que se merece esta área", advierte.
Los senadores Guido Girardi (PPD) y Francisco Chahuán (RN) también adelantan su rechazo. "Si uno mira este presupuesto no es sólo una capitulación, es una condena a quedarnos prisioneros y rehenes del pasado, porque se destina 0,34% del PIB a ciencia, lo que es una vergüenza y da cuenta de la falta de visión, de la mediocridad de esta propuesta", señala Girardi, y agrega que esto hace del ministerio de ciencia una política simbólica y no una política concreta. "Un ministerio sin recursos, sin instrumentos, puede ser como un hospital sin especialistas", señala.
Chahúan agrega que ya pidió a la Comisión Desafíos del Futuro que si el gobierno no cumple con enviar el proyecto para el ministerio antes del 31 de diciembre, asuman el liderazgo de las movilizaciones con las sociedades científicas para manifestar el descontento.
Presupuesto real
Según la Unidad de Asesoría Presupuestaria del Senado, sumando todas las glosas que en cada ministerio se destinan a investigación científica, tecnológica, innovación y desarrollo, el total destinado a ciencias llega a más de 661 mil millones de pesos, un aumento de 2,4% respecto de 2016.
Sin embargo, una revisión realizada por el economista Tomás Flores, vicerrector de Aseguramiento de Calidad y Planificación de la U. Mayor -y basada en lo que generalmente se ha considerado como inversión en CTI en Chile-, la cifra baja a algo más de 553 mil millones (se descartan, por ejemplo, dineros destinados a mejorar la cobertura telefónica en zonas extremas). El total corresponde a una baja de 0,75%.
"No me sorprende, porque la ciencia no está dentro de las prioridades del presupuesto. Los principales puntos de expansión del gasto son gratuidad y seguridad ciudadana", dice el ex subsecretario de Economía de Sebastián Piñera, que reconoce que ningún gobierno le ha dado prioridad, por lo que un ministerio sería clave para que logre visibilidad. "El presupuesto es muy bajo y va a seguir siendo así si está desagregado como hoy. Para poder avanzar no sólo es necesaria la voluntad, sino que exista un secretario de Estado. No sólo es más dinero, sino ordenar", agrega.
Conrad von Igel, director del Centro de Innovación de la U. Católica, señala que los esfuerzos en esta área no han sido, en general, suficientes. "Seguimos invirtiendo en cosas que no son eficientes. Tiene que ver con un tema más profundo y es que la ciencia, tecnología e innovación no han logrado permear en la sociedad, tenemos un problema en el espectro político, parlamentarios, gobierno, y para la sociedad no es tema. No hay marcha, no hay paro. No es que esté pidiendo que marchemos, sino que le demos la importancia que requiere", dice.
Cecilia Hidalgo, premio nacional de Ciencias Naturales e investigadora del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica (BNI), sostiene que estamos en una situación "extremadamente crítica", pues se ha tenido éxito formando una nueva generación de científicos muy preparados, que no pueden insertarse en este momento. "Hay mucha gente que quiere volver a trabajar a Chile, no sólo por el compromiso que tienen al ganar la beca, sino que quieren hacerlo y no hay cómo hacerlos entrar al sistema, porque estamos con este tope presupuestario que no nos permite crecer", dice.
"Puesto que parte importante de los doctores en ciencias hoy corresponden a científicos jóvenes, esperábamos un aumento enfocado especialmente en este grupo, en particular en planes y políticas de inserción en la academia y la industria, y en el Fondecyt de Iniciación en Investigación", dicen en la Fundación Más Ciencia. No sólo eso, agrega Jorge Babul, presidente del Consejo de Sociedades Científicas. "Si uno aumenta el número de científicos tiene que aumentar el dinero, si va a tener más universidades con investigación tiene que tener más dinero. El hecho de tenerlos le va a permitir ser más fuerte para desarrollar proyectos para las metas que tenga", dice, pero no ve que eso esté pasando.