El gobierno de Donald Trump extremaba esta noche sus esfuerzos para lograr un acuerdo entre republicanos y demócratas que permitiera destrabar en el Senado un pacto para aprobar una propuesta de financiamiento que impidiera lo que se conoce como cierre del gobierno. El plazo expiraba a la medianoche de Washington DC.

A un año de asumir el poder, hito que justo se cumple este sábado, Trump canceló un viaje a su resort en Florida y se quedó en la capital para coordinar las acciones en caso de que la parálisis sea inevitable. El cierre significa que el gobierno federal se queda sin dinero para financiar todos los servicios no esenciales que dependen del Estado federal. Ante esa situación, Trump deberá discriminar qué servicios son esenciales.

Hacia medianoche, el Presidente de Estados Unidos advertía en su cuenta de Twitter el complejo panorama que a esa hora enfrentaba la negociación, señalando que el inminente cierre parcial del gobierno "no se ve bien", al tiempo que responsabilizó de ello a los demócratas. "No se ve bien para nuestros militares ni para la seguridad en nuestra muy peligrosa frontera sur. Los demócratas quieren un cierre para disminuir el gran éxito de los recortes impositivos y lo que están logrando para la economía en auge", manifestó Donald Trump a través de esa red social.

Aunque la situación no es nueva y el gobierno ha cerrado 18 veces desde 1976, se trataría de un revés para Trump y los republicanos. Según Bloomberg, el hecho que "controlen el Congreso y la Casa Blanca", hace que los republicanos se arriesguen a mostrar una imagen de que "Washington no está trabajando correctamente". Sin embargo, sus esfuerzos se centran ahora en explicar que "el potencial cierre está siendo forzado en el Senado por los demócratas, en su insistencia por proteger a los que inmigraron ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños.

Pese a que la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, aprobó la solicitud presupuestaria el jueves, el propio Trump dijo que "ahora se necesita a los demócratas para que se apruebe en el Senado, pero ellos quieren inmigración ilegal y fronteras débiles".

Y para reforzar los esfuerzos que buscaban evitar la parálisis del gobierno, el mandatario convocó de urgencia al líder del Partido Demócrata en el Senado, Chuck Schumer, para una reunión.

"Hemos hecho algún progreso pero todavía tenemos un buen número de desacuerdos", dijo el senador de la minoría demócrata en la Cámara Alta.

Los demócratas tienen los votos suficientes para destrabar o bloquear en el Senado la propuesta presupuestaria que prorrogaría hasta el 16 de febrero los fondos federales.

Sin embargo, esta sería la cuarta vez que se extiende de forma temporal el presupuesto en lo que va del año fiscal, por lo que los senadores demócratas han aumentado la presión sobre los republicanos y la Casa Blanca para aprobar un acuerdo migratorio bipartidista junto a los presupuestos que incluya un camino a la ciudadanía para los 800.000 jóvenes indocumentados conocidos como "dreamers".

El último cierre de gobierno fue en 2013, cuando los republicanos provocaron un cierre gubernamental de más de dos semanas en sus intentos de derogación de la ley de salud del entonces Presidente, Barack Obama.