Después de 10 días de discusiones y cuando queda una jornada para que termine la cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (aunque podría extenderse hasta el sábado), el escepticismo y pesimismo se instalaron en la cita de Copenhague. China ya comunicó que no ve posibilidad de lograr un acuerdo vinculante para combatir el calentamiento global. La canciller alemana, Angela Merkel, ha declarado que las sensaciones no son buenas y que las propuestas de los países ricos son insuficientes. Y el vocero de la Casa Blanca, Robert Gibbs, no ayudó mucho, cuando declaró que "es mucho peor volver con un acuerdo vacío que con las manos vacías".
En este clima, los negociadores se preparaban para largas horas de negociaciones, aunque se centrarían en la disputa entre EE.UU. y China, los dos grandes "contaminadores" globales, que mantienen un fuerte "gallito" para ver quién cede ante el rival.
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, sorprendió durante su discurso al anunciar que Washington está dispuesto a contribuir al fondo global de US$ 100.000 millones hasta 2020, necesario para que los países pobres puedan luchar contra el cambio climático. Pero, siguiendo el principio político de la reciprocidad, Clinton exigió "transparencia" a China. Bajo esa palabra se oculta parte de la clave que podría desbloquear las negociaciones y salvar, quizás, la cumbre.
LA NEGATIVA CHINA
Aunque el primer ministro chino, Wen Jiabao, se ha comprometido a que su país reduzca sus emisiones de Co2 en función del PIB (la denominada "intensidad carbono"), ha rechazado las peticiones para una verificación de esas promesas. A lo que sí se comprometió ayer China fue a recortar sus emisiones de Co2 de forma "transparente", aunque no aceptará la supervisión de organismos internacionales, ya que la consideraría una "injerencia" en sus asuntos internos. En esa línea, el Presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró ayer que ni Beijing ni Washington "pueden eludir su responsabilidad ante el mundo".
Mientras, en la cita, donde participan cerca de 120 líderes mundiales, esperan hoy la llegada del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien esta madrugada viajaba en dirección a Copenhague. El gobernante norteamericano podría dar el impulso definitivo a un acuerdo junto con Wen.
A su vez, otros líderes mundiales, como el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, hicieron un llamado al acuerdo. Lula instó a no dejarse guiar por el egoísmo. "No es políticamente racional ni moralmente justificable poner los intereses corporativos y sectoriales (en referencia a los "lobbies" industriales, muchos de los cuales no tienen interés en un acuerdo) por encima del bien común de la humanidad", aseguró. También la canciller alemana, Angela Merkel, expresó su preocupación por un posible fracaso de la cumbre, que pretende superar el actual Protocolo de Kyoto, que expira en 2012. "Tenemos una responsabilidad colectiva", alertó.
Por su parte, en su discurso ante el plenario, la ministra del Medio Ambiente chilena, Ana Lya Uriarte, llamó a los países desarrollados a que apoyen con tecnología y financiamiento a las naciones en vías de desarrollo para reducir las emisiones de Co2. "Tienen un deber ético y una deuda que hoy deben saldar", sostuvo la ministra.
Venezuela, el país de la región que más contamina
Venezuela está entre los países que emiten mayor cantidad de gases de efecto invernadero per cápita, según reveló un informe sobre cambio climático publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). El organismo sostuvo en su reporte "La economía del cambio climático en América Latina y el Caribe. Síntesis 2009" que el aumento en las emisiones de este tipo de gases en la región está asociado al consumo energético, principalmente de combustibles provenientes del petróleo.
"Debe observarse que las emisiones en términos absolutos se concentran en Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú y Venezuela", señala el texto.
Los datos del informe indican que Venezuela figura como la nación latinoamericana que más consumo energético tiene por habitante: 11 barriles por cada venezolano, al año. Este indicador llega en Argentina a 10 y en México a ocho. Brasil aparece con siete y en Colombia está por debajo de cuatro.
De igual forma, Venezuela figura como el país de la región que más dióxido de carbono genera por habitantes, es decir, cada venezolano produce al año casi seis toneladas de CO2, lo que agrava la contaminación ambiental.
En cambio, cada ciudadano de México genera al año 4,1 toneladas de CO2, Chile y Argentina 3,7 y Brasil 1,9. Colombia emite 1,5 y Perú 1,1 tonelada al año per cápita.
La Cepal emitió este informe con motivo de la cumbre climática que se realiza en Copenhague y propuso que los gobiernos de la región adopten regulaciones orientadas a reducir la demanda de combustibles fósiles como el petróleo y, de esa manera, emprender políticas que permitan disminuir la generación de dióxido de carbono por habitante.