"¡Zaldívar dictador!", protestaba -bajo un fuerte sol y sobre la vereda de calle Catedral- un grupo de militantes del PRI que reclamaba porque no los habían dejado entrar al ex Congreso. Adentro, 33 de los 65 consejeros de la colectividad, presididos por Adolfo Zaldívar, debatían la opción presidencial del partido, dilema que finalmente fue zanjado dejando en libertad de acción a los militantes.
"La única forma que tiene (Zaldívar) de tomarse el partido es haciendo acciones dictatoriales. Nosotros estamos por la expulsión de Zaldívar", comentaba Miguel Miño, vicepresidente de la comisión política de la colectividad, y uno de los militantes que quedaron excluidos de la cita.
Según el dirigente, a la reunuión no dejaron entrar a los candidatos a diputado que obtuvieron menos de un 5% de los votos en las pasadas parlamentarias y, de hecho, él estaba acompañado entre otros por los ex postulantes Jorge Blaessinger (0,76% de los sufragios en La Unión y Los Lagos) y Ulises Urzúa (2,59% en San Miguel).
Zaldívar, timonel del PRI, había llegado a la reunión cerca de las 17.30 horas mientras un grupo de manifestantes -entre quienes estaban los que quedaron afuera y otros que lograron ingresar- lo acusaba de querer darle su apoyo a Sebastián Piñera.
Por su parte, el diputado Jaime Mulet, ex presidente del PRI y quien se ha mostrado proclive a respaldar a Frei, no llegó a la cita.
Finalmente, tras dos horas de deliberación Zaldívar leyó la conclusión: "Fieles a nuestros ideales humanistas comprometidos con una alternativa de centro político, hemos decidido que la definición presidencial sea tomada en conciencia por cada uno de nuestros adherentes". La decisión se tomó por 31 votos a favor y dos abstenciones.