"¡Bonjour! Lo siento, voy a entrenar. Hablemos luego". Ésas fueron las escasas palabras de Novak Djokovic cuando se dirigía a la pequeña cancha cinco de Roland Garros para su primer entrenamiento, a tres días del inicio del abierto parisino. Una pista donde el serbio no habría querido jugar, pero su equipo se olvidó de reservar uno de los dos grandes courts, el Suzanne Lenglen y el Philippe Chartier, a esa hora ocupados por Lucas Pouille y Simona Halep.
Y el de ayer no era cualquier entrenamiento de Nole, sino el primero con su nuevo coach, la leyenda estadounidense André Agassi, 17 veces presente en este torneo en su época de jugador aunque campeón sólo en 1999. Ambos llegaron a un acuerdo "sin duración determinada" para intentar revertir la mala racha del número dos del mundo, quien, justo desde su triunfo en la arcilla de París hace un año, comenzó un descenso en picada en el que perdió sus títulos en Wimbledon, US Open, Abierto de Australia y el número uno.
El inicio de la temporada en arcilla también fue decepcionante: derrota frente a Goffin en Montecarlo y frente a un recuperado Nadal, en Madrid, y luego cayó también frente al joven Alexander Zverev en la final de Roma, pese a haberse impuesto en semifinal al austríaco Dominic Thiem. De hecho es la primera vez desde 2012 que llega a París sin un título ganado.
"No es un compromiso a largo plazo, y Agassi no se quedará todo el torneo. Se trata de aprender a conocernos y luego veremos", advirtió en Roma Nole, quien, en este esfuerzo por reestructurarse, se deshizo también en mayo de todo su equipo técnico, incluido el entrenador Marian Vajda, su preparador físico y su kinesiólogo, con los que llevaba hasta más de 10 años trabajando.
En este primer encuentro parisino Agassi no le quita la vista, siempre detrás, como cuidándole la sombra y cada ciertos minutos, pausa y consejos e indicaciones. "Es como una introducción de dos personas que necesitan conocerse y saber si están de acuerdo", observa un jugador serbio que sigue de cerca la práctica. Y agrega: "Le está hablando del trabajo de pies, de lanzar la pelota antes, de estar adelante pero bien balanceado y plantado detrás. Pero sobre todo, la primera práctica es siempre para sentir las bolas y la cancha. Por eso al comienzo tocaron las pelotas y vieron cuán duras estaban".
Frente a Djokovic estaba el ítalo-argentino Franco Livi, quien volvía a ser sparring del serbio. "Yo estuve con él en China, hace dos años, preparando una final contra Nadal y ésta es la segunda vez", dice el jugador que usan para pelotear los rivales que se van a enfrentar al español, pues es zurdo y tiene un estilo similar.
"Siempre impone entrenarse con Djokovic. Hoy el viento no era el óptimo, pero traté de hacerlo de la mejor forma posible. Me costó entrar, pero poco a poco fui buscando sensaciones. Intenté moverla un poquito y él me pidió que juegue la bola con peso. Es complicado hacerle fuerza a Novak. Pero, bueno, intenté darle lo que me pidió y exigió, aunque no era fácil entenderle, porque me hablaba en castellano, italiano e inglés al mismo tiempo", reconoce.
Según Livi, "la relación entre Novak y Agassi es muy buena". "Estoy seguro de que van a tener muy buenos resultados; son dos grandes deportistas, así que estoy seguro de que es una muy buena combinación", añade.
Rompiendo su promesa, a la salida de la práctica, Djokovic no quiere hablar con la prensa. Pero sí lo hace brevemente con La Tercera Andre Agassi: "Es un placer estar en una cancha con alguien como él (Djokovic)". Agassi no quiso decir si esta dupla durará en el tiempo. "Estoy aprendiendo", comentó, mientras que de camino al camarín recordaba: "Viví buenos momentos en Roland Garros, un torneo que disfruté mucho".