La tensión y los nervios del estreno marcaron el primer encierro de las fiestas de San Fermín en el que se registraron cuatro heridos, ninguno de ellos por asta de toro.
Poco más de dos minutos y medio tardaron los seis toros de la ganadería de Alcurrecén en completar el recorrido de 850 metros que separa los corrales de la plaza de toros.
Centenares de corredores tomaron parte en la carrera. No se produjeron grandes aglomeraciones en el recorrido, pero sí las habituales caídas y tropezones. Los cuatro heridos sufrieron diversos golpes y traumatismos, pero ninguno fue corneado.
Los seis toros bravos corrieron muy rápido y bastante agrupados, aunque uno de los animales se quedó rezagado sin consecuencias, provocando algún momento de tensión y nervios.
"Ha sido increíble. Ver a toda esa gente en el recorrido es inexplicable", afirmó Kevin Branniean, un joven irlandés de Dublín de 21 años que visitaba Pamplona por primera vez.
La circunstancia de que este primer encierro se celebrase un martes motivó que la asistencia de corredores fuera mucho menor que en otros años, cuando el arranque de las fiestas de San Fermín coincide con el fin de semana.
Las fiestas de San Fermín comenzaron el lunes y los encierros se repetirán todos los días a las ocho de la mañana hasta el próximo 14 de julio.
Desde que existen registros oficiales, en 1924, 14 personas han fallecido en los encierros. La última víctima data de 2003, cuando un español murió a causa de las secuelas que le produjo un golpe en la cabeza. La última víctima por asta de toro data de 1995, cuando un estadounidense de 22 años fue corneado mortalmente.