Mortalidad infantil, índice de escolaridad, pobreza. Estos son algunos de los indicadores que usan los estudios internacionales para definir la calidad de vida en la infancia en todo el mundo. Análisis importantes, pero que dejan al margen la voz de los propios estudiados: los niños.
Es lo que busca revertir la Encuesta Internacional de Bienestar Infantil, patrocinada por Unicef. Se trata del primer estudio que entrevista a niños de 19 países, entre ellos Chile, sobre sus niveles de felicidad. Los resultados en el país son positivos: el 74% de los niños declara estar altamente satisfecho con su vida y sobre el 70% es optimista respecto de su futuro.
Así lo muestra el capítulo chileno del estudio, realizado por la U. Andrés Bello y la Facultad de Sicología de la U. del Desarrollo en tres mil niños de ocho, 10 y 12 años, de todos los estratos sociales de las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío y que se dará a conocer el 20 de abril en el II Encuentro de Relaciones Saludables y Felicidad.
Tom Olson, representante de Unicef en Chile, dice que este tipo de investigaciones son muy "importantes, porque cuando vamos a hacer políticas que afecten la vida de los niños es necesario saber lo que sienten de primera fuente y no podemos tomar la mejor decisión sin escucharlos", dice.
Qué dicen los niños
Los datos preliminares del estudio dicen que los niños de quinto básico (10 años) son los que muestran mayores niveles de felicidad llegando a 81% entre ambos sexos. A los ocho, la cifra es de 74% y a los 12 años, 72%.
Tanto la familia como los amigos aparecen bien evaluados. Sobre el 70% dice ser feliz con ambos; aunque la cifra decrece con la edad: a los ocho años, el 88% aprueba a su familia, a los 12 años, el 77%. Mientras que con los amigos pasan de 94% de aprobación en tercero básico a 76% en séptimo.
Los profesores: sobre el 80% dice que los tratan bien. Pero hay matices. "Se ve un optimismo vital que dice que el bienestar se ubica entre los rangos de 75% a 100%, por lo que los niños chilenos están dentro de un rango normal. Sin embargo, cuando se les consulta si sienten que sus profesores los escuchan y toman en cuenta transversalmente se aprecia un malestar", dice Jaime Alfaro, sicólogo de la U. del Desarrollo. A los 12 años, el 30% del grupo de alta vulnerabilidad, el 25% de media y el 27% de los de baja, señalan que sus profesores no los escuchan ni toman en cuenta, ejemplifica.
Tampoco evalúan bien el respeto que los adultos tienen por sus derechos: el 62% de los niños de tercero básico cree que lo hacen, pero sólo el 31% de los de séptimo. Las niñas son más exigentes: 49% las de tercero y 24% en séptimo.
Poder e imagen
El estudio también indaga en las cosas por las que quieren ser valorados por los demás cuando sean adultos. Los ítems más nombrados fueron "por mi familia" (sobre 80%), "por mi personalidad" (sobre 70%) y mi amabilidad (sobre 70%).
Sin embargo, llama la atención que entre un 44% (niños) y 56% (niñas) de los encuestados de quinto básico esperan ser valorados por el dinero que tendrán. Cifra que se asemeja a los que les importa tener poder (44% niños y 52% niñas de 10 años). "Que para la mitad de los niños el dinero sea un valor importante muestra que están repitiendo los valores que ven de los adultos y que les llegan desde los medios", sostiene Juan Carlos Oyanedel, sociólogo del Unab-Centro de Estudios Cuantitavos.
Cecilia Calvo, sicóloga de Fono Infancia de Fundación Integra, dice que esos datos deben motivar una crítica a los énfasis que los adultos le transmiten a los niños sobre cómo se consigue la valoración social. "Lo ideal sería que pudieran hablar de ser valorados por sí mismo, por su simpatía, por ejemplo, pero el dinero y poder no tienen que ver con ellos. Sin embargo, perciben que les da protagonismo, seguridad y posibilidades y que eso es valorado", sostiene.
Lo mismo pasa con la imagen. Más del 65% quiere ser valorada por ella; siendo especialmente importante para las niñas de 10 años (79%).