El primer ministro británico, Gordon Brown, asumió hoy su responsabilidad por la crisis que enfrenta el gobierno, pero aseguro que no dimitirá a su cargo.

"Si no supiera que soy el hombre adecuado liderando al equipo adecuado (...) no permanecería aquí", señaló en una conferencia de prensa, respondiendo así el pedido de renuncia realizado por algunos miembros de su propio Partido Laborista.

El escándalo en torno a los gastos de representación de los legisladores laboristas, derivó en una serie de renuncias y los resultados catastróficos para el laborismo en las elecciones locales.

Brown se vio hoy fuertemente golpeado por la dimisión de dos ministros más de su gabinete: el de Transporte, Geoff Hoon, y el de Defensa, John Hutton, poco después de que en la noche del jueves lo hiciera el titular de Trabajo, James Purnell. Los tres se unieron así a la ministra del Interior, Jacqui Smith, y la de Comunidades, Hazel Blears, que lo hicieron unos días atrás.

El premier se refirió a la "dolorosa derrota" del Partido Laborista en las elecciones municipales y europeas. "Sí, fue una noche dura, pero no flaquearé ni me iré", dijo Brown.

El jefe de gobierno lucha desde hace días por mantener su poder. Por el momento los llamados para que presente su dimisión y llame a nuevas elecciones no han tenido ningún efecto.