El primer ministro de India, Manmohan Singh, pidió calma hoy tras un fin de semana de violentas protestas desatadas tras la violación de una estudiante de 23 años en un bus el pasado 16 de diciembre.

"La indignación por este crimen está justificada, pero la violencia no llevará a nada", dijo Singh. "Llamo a todos los ciudadanos preocupados a mantener la paz y la calma".

El padre de la víctima apoyó el pedido de Singh. "El vandalismo no servirá de nada", fue citado por el canal Today TV. "Les pido que no causen daños de modo de que ustedes y yo podamos seguir adelante en paz. Recen por mi hija (...) No hay palabras para describir lo fuerte que ella es".

La mujer fue violada por seis hombres y golpeada hasta la inconsciencia, para después ser lanzada del bus en marcha junto con su acompañante masculino cerca del aeropuerto de Nueva Delhi. La víctima sigue en estado muy grave con respiración asistida, según los médicos que la atienden.

Al menos 65 manifestantes y 78 policías resultaron heridos en los enfrentamientos que se produjeron el domingo, cuando las autoridades trataron de impedir el paso de los ciudadanos por un área de alta seguridad de la capital india, donde hay muchas oficinas gubernamentales. Al menos un agente está en estado crítico.

Una decena de buses y camionetas de policía fueron dañados cuando una parte de los manifestantes se volvió violenta y comenzó a romper las barricadas y a tirar piedras.

La policía lanzó gas lacrimógeno y dispersó por la fuerza a la multitud reunida cerca de los edificios gubernamentales y el palacio presidencial.

La mayoría de los manifestantes que salieron en los últimos días a las calles de la capital y otras ciudades eran mujeres jóvenes que exigían una acción urgente contra los violadores y mayor seguridad para las mujeres.

Entre los reclamos estaba el de una mayor presencia policial y juicios rápidos para los delitos sexuales. Muchos pedían asimismo la castración o la pena de muerte para los violadores.

Hoy continuaron las protestas pese a que habían sido prohibidas en el distrito gubernamental de Nueva Delhi. Nueve estaciones de metro permanecieron cerradas, según la agencia IANS. Debido a las marchas el encuentro entre Singh y el presidente ruso, Vladimir Putin, fue trasladado de la representativa Casa de Hyderabad a la residencia oficial del primer ministro.

Singh prometió una rápida respuesta al "terrible crimen" y aseguró que el gobierno está estudiando medidas para proteger a las mujeres y a los niños.

"Como padre de tres hijas, tengo los mismos sentimientos que ustedes ante esto", añadió el primer ministro en un emotivo discurso. El gobierno ha prometido actuar con celeridad contra los seis sospechosos, que han sido detenidos, y se espera que el juicio comience el 3 de enero.

Según las cifras oficiales, se han registrado 661 casos de violaciones en Nueva Delhi desde enero. En toda India hubo 24.206 denuncias de violación en 2011.