El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk acusó hoy a Rusia de querer "destruir" el país tras la propagación de los disturbios de los separatistas en el este y la violencia en Odessa, donde los prorrusos atacaron la sede de la policía dependiente del Ministerio del Interior.
Paralelamente, el Kremlin anunció el domingo la visita a Moscú el 7 de mayo del presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Didier Burkhalter, con el objetivo de "bajar la tensión en Ucrania".
Más temprano el día de hoy, unas 2.000 personas lanzaron un asalto contra la sede de la policía dependiente del ministrio de Interior en Odessa, ciudad portuaria del sur, según constató la AFP.
Los asaltantes exigieron y obtuvieron la liberación de 67 de sus camaradas detenidos. Alrededor de 120 personas fueron detenidas el viernes tras violentos enfrentamientos entre prorrusos y partidarios de una Ucrania unida. La violencia desembocó en un incendio criminal en el que murieron unas 40 personas, principalmente prorrusos.
"Lo que ocurrió en Odessa forma parte del plan de la Federación de Rusia para destruir Ucrania y su Estado", acusó el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, que llegó durante la mañana a esta ciudad a orillas del Mar Negro.
"El objetivo de Rusia es repetir en Odessa lo que ocurre en el este del país", agregó. "Es un plan financiado y organizado por profesionales que manipularon a gente normal, pero nuestra unión será la mejor respuesta a estos terroristas".
El domingo marcaba en Ucrania el segundo día de "luto nacional" por las víctimas de la tragedia en Odessa.
Yatseniuk, vestido con traje y corbata negros en señal de luto, anunció también el despido y reemplazo de todos los altos cargos de la policía en la ciudad.
Varios testigos en Odessa contaron a la AFP lo ocurrido en la tragedia del viernes. El incendio, según ellos, fue producto de una venganza de miles de hinchas de fútbol y manifestantes proucranianos, furiosos de haber sido atacados horas antes por militantes prorrusos.
Una muchedumbre enfurecida invadió y destruyó un campamento de tiendas de campaña prorruso en la ciudad, y luego asedió la Casa de los Sindicatos, donde se habían refugiado los separatistas, 42 de los cuales murieron atrapados en el inmueble, que fue incendiado con cócteles molotov.
IRA DIVINA
El patriarca ortodoxo de Kiev, Filaret, también culpó a Rusia. "Los servicios especiales rusos están detrás de esta explosión de violencia y de actos terroristas. Es el gobierno ruso y el presidente (Vladimir) Putin que son personalmente responsables", lanzó el domingo.
Al dirigirse directamente a Rusia y a sus dirigentes, añadió: "paren, no multipliquen sus pecados, no provoquen un nuevo baño de sangre. êNo os ganéis la ira divina!".
La noche del sábado fue tensa en el este, donde se registraron numerosos incidentes violentos en la cuenca minera oriental de Donbass, fronteriza con Rusia, que agrupa a las regiones de Lugansk y Donetsk.
En Kramatorsk, todavía bajo control rebelde, pese al ataque el sábado del ejército de un puesto cercano, "la gente tiene mucho miedo", declaró el militante prorruso Artiom Gaspogrian.
En el feudo rebelde de Slaviansk, periodistas de la AFP que se encontraban en el centro de la ciudad escucharon a lo lejos tres fuertes explosiones después de las 20H00 (17H00).
"Se están librando combates", declaró Stella Jorosheva, portavoz de los rebeldes, sin indicar el lugar en donde éstos tenían lugar.
El ejército ucraniano cortó el domingo la principal carretera de acceso a Slaviansk, bastión de los insurgentes prorrusos en el este de Ucrania.
Los soldados bloquearon el acceso a 2 km de Slaviansk, cortando así la vía rápida hacia Donetsk, capital regional. El domingo por la tarde se podían ver allí siete vehículos blindados.
"La ciudad está totalmente cercada", confirmó a la AFP la portavoz de los separatistas.
En Jarkov, unos 500 militantes prorrusos ignoraron una prohibición de manifestarse y se reunieron ante un monumento de Lenin.
"SE VIERTE SANGRE EN UCRANIA"
En señal de los esfuerzos de la comunidad internacional para lograr una solución pacífica de la crisis, el presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Didier Burkhalter, viajará el 7 de mayo a Moscú.
Según la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, Putin y Burkhalter discutirán sobre la instauración de mesas redondas, bajo el auspicio de la OSCE, para facilitar el diálogo nacional en Ucrania antes de las elecciones presidenciales anticipadas del 25 de mayo.
Por su parte, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, propuso el domingo una nueva conferencia sobre Ucrania en Ginebra.
Rusia había denunciado poco antes el domingo un "bloqueo" de las informaciones emitidas en Occidente sobre los "trágicos acontecimientos" en Ucrania.
"Incluso en los círculos de la OSCE, nadie sabe que se está vertiendo sangre en Ucrania y que el ejército dispara contra gente desarmada. ¿De qué libertad de expresión y de la prensa se puede hablar en estas condicionesâ", se indignó el ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
En Crimea, territorio ucraniano anexado en marzo a Rusia, decenas de aviones rusos, algunos de los cuales parecían ser bombarderos o aviones de combate, sobrevolaron este territorio, lo que podría ser una señal de que Moscú está desplegando efectivos militares aeronáuticos en la península, según expertos.
Según medios rusos, el presidente ruso Vladimir Putin viajará el viernes a Crimea después de haber asistido al desfile militar del 9 de mayo de Moscú, que conmemora la victoria ante la Alemania nazi.