Los ciudadanos del Estado griego, amenazado por la bancarrota, deben prepararse para un nuevo año "muy difícil", advirtió hoy el primer ministro Luca Papademos.

Todos los esfuerzos deben continuarse para que la crisis no lleve a una "insolvencia incontrolada y catastrófica". "Los próximos tres meses serán críticos y definirán el curso de Grecia en las próximas décadas", añadió.

Sin embargo, con el trabajo colectivo de todas las fuerzas políticas, 2012 podría convertirse en el año de la esperanza.

El Estado debe sanearse y levantar su economía sobre fundamentos sanos para volver a ser competitivo.

"Estamos viviendo la peor crisis internacional y nacional de la posguerra. Podemos superarla, pero no habrá soluciones milagro. Tenemos que volver a creer en nosotros mismos", señaló Papademos y pidió a sus compatriotas que dejen atrás las disputas políticas y cooperen.