El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reconoció hoy que las diferencias políticas propiciaron "un ambiente adecuado" para el actual conflicto, pero aseguró que derrotarán al terrorismo y que sus tropas solo sufrieron "un revés".
En un discurso televisado a la nación, Al Maliki volvió a atribuir la actual situación a una conspiración tejida por el yihadista Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) y miembros del disuelto partido único Baaz, que dirigía el fallecido dictador Saddam Hussein.
El primer ministro chiita descartó que los clanes sunitas estén implicados en lo sucedido, al considerar que les perjudica, pero les pidió que "anuncien su inocencia".
Pese a la polarización política, principalmente entre sunitas y chiitas, Al Maliki afirmó que el proceso para elegir a los presidentes del Parlamento y del país, así como a un nuevo Gobierno "no está en peligro".
Sobre la situación militar, dijo que la actual crisis es "un revés, pero no una derrota" e insistió en que vencerán a los terroristas.
Al Maliki desmintió, además, que la mayoría de los voluntarios que van a luchar contra la insurgencia sean de confesión chiita y adelantó que esos milicianos "se convertirán en el pilar del nuevo Ejército iraquí".
También criticó a los medios de información de Qatar y Arabia Saudita, por calificar supuestamente a los combatientes del ISIS de revolucionarios.
Sobre los terroristas, advirtió que de después de que Irak les derrote, estos huirán para perpetrar ataques y desatar la tensión sectaria en otros países.