El primer ministro de Australia, Kevin Rudd, pidió perdón a los "australianos olvidados", cerca de medio millón de niños que fueron víctimas de abusos en orfanatos estatales y utilizados como mano de obra barata entre las décadas de 1920 y 1960.

Algunas de las víctimas eran niños inmigrantes del Reino Unido y de Irlanda, quienes fueron separados de sus familias a la fuerza o con promesas de una vida mejor.

"Pido perdón por la tragedia absoluta que sufristeis al perder vuestra infancia", dijo Kevin Rudd ante 900 víctimas reunidas en el Parlamento, en Camberra. "Miramos hacia atrás avergonzados de que pasarais frío, hambre y soledad y sin tener a nadie a quien pedir ayuda", indicó el primer ministro durante su discurso, retransmitido en directo por la televisión nacional.

"Sufrieron abusos físicos, humillaciones crueles, violaciones sexuales. Nos avergonzamos de permitir que los que tenían poder abusaran de los que no lo tenían", lamentó Rudd, quien calificó de "trágicas" las experiencias.

En febrero del año pasado, el jefe del Gobierno australiano ofreció una emocionada disculpa a los aborígenes miembros de la llamada "generación robada", un trozo de la historia de Australia cuya existencia negó durante años la Administración y que habla de más de 100 mil menores aborígenes separados de sus familias entre 1910 y 1970.

También y según fuentes del Reino Unido, el primer ministro británico, Gordon Brown, pedirá disculpas a los miles de niños que fueron enviados a sus antiguas colonias de Australia, Canadá y Nueva Zelanda durante el siglo XX en programas oficiales de emigración infantil para que supuestamente tuvieran una vida mejor, y que acabaron en orfanatos o como obra de mano barata.