Primer ministro portugués descarta petición de ayuda y revela mayor reducción del déficit luso
José Sócrates aseguró que no va a pedir ayuda "porque no la necesita" y seguirá cumpliendo el programa de ajustes económicos que en 2010 lo ha colocado entre los países europeos que más han reducido su déficit público.
El primer ministro de Portugal, José Sócrates, descartó hoy pedir ayuda financiera tras revelar que su país sobrepasó en 2010 sus previsiones para reducir el déficit fiscal en dos puntos, hasta situarlo por debajo del 7,3%.
Sócrates criticó los "rumores" sobre un posible rescate financiero de Portugal y dijo que sólo sirven para perjudicar a su país y al euro y ayudar a los especuladores.
El primer ministro luso aseguró que Portugal no va a pedir ayuda "porque no la necesita" y seguirá financiándose en el mercado y cumpliendo el programa de ajustes económicos que en 2010 lo ha colocado entre los países europeos que más han reducido su déficit público.
Los resultados preliminares del año que acaba de terminar "superan todas las expectativas" sobre la economía portuguesa, agregó al destacar que muy pocos países son capaces de bajar tanto el déficit y duplicar, además, las previsiones de crecimiento, que eran del 0,7% y se calculan, al cierre del año, en el 1,4% del Producto Interior Bruto (PIB).
"Portugal hizo un esfuerzo y lo consiguió", subrayó Sócrates que se quejó, en alusión a la oposición conservadora, de quienes minusvaloran los logros del país y ayudan con esa actitud a los especuladores.
El primer ministro reveló varios datos provisionales más sobre el comportamiento de la economía lusa que consideró "buenas noticias" y pruebas de que Portugal cumple su programa de ajustes y no precisa de ninguna ayuda externa.
El gasto acumulado del sector estatal se situó en 1,7%, frente al 2,5% previsto en el plan presentado a la Comisión Europea (CE) en marzo pasado, y los ingresos públicos subieron 5,3%, por encima del 4,5% presupuestado, en lo que representa una "reducción muy significativa" del gasto del Estado.
El saldo de la Seguridad Social lusa también se situó en 720 millones de euros frente a los 605 millones previstos y en este y otros apartados de las cuentas públicas "se han superado las expectativas" y, a falta de los datos finales, los cálculos preliminares son "reveladores".
"Portugal está resolviendo sus problemas" concluyó Sócrates, que insistió en que no necesita asistencia económica externa para seguir adelante y cumplir su programa financiero tras lograr en 2010 "un excelente resultado" y presentarse ante la comunidad internacional "con la conciencia del deber cumplido".
De los 27 países de la Unión Europea (UE), diez preveían subir el déficit fiscal, otros diez bajarlo en un punto y muy pocos van a ser capaces, como Portugal, de rebajarlo dos puntos, resaltó.
"Este es el primer resultado que el país presenta como estímulo a la confianza de los mercados internacionales en su financiación", añadió el primer ministro, que pidió "espíritu patriótico" en su propio país para no generar desconfianza.
Sócrates aludía así a la advertencia lanzada el pasado domingo por el líder conservador Pedro Passos Coelho, de que pedirá elecciones anticipadas si se produce el rescate financiero de Portugal.
El país luso está presionado por los altos intereses que penalizan la refinanciación de su deuda, que este mes volvieron a superar el nivel crítico del 7%, aunque ayer lunes, con las intervenciones compradoras del Banco Central Europeo (BCE), perdieron esa cota.
Si los intereses se mantienen en esos niveles los expertos creen que la financiación de la elevada deuda portuguesa puede ser insostenible sin ayuda de la UE o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero Sócrates aseguró hoy que "todos los rumores sobre la intervención del FMI son especulaciones" y se quejó de las que surgen en Portugal para perjudicar los intereses del país, agravar las condiciones del mercado y ayudar a los especuladores.
El primer ministro agregó que esas actitudes son "cómplices de la especulación" y "alimentan los rumores" sobre el rescate de Portugal, cuyo clima político está en plena efervescencia por las elecciones presidenciales que se celebran el próximo 23 de enero.
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