Los dos principales políticos de Bélgica se reunirán el lunes con inversores en Londres como parte de una ofensiva amistosa para distanciar al país de las atribuladas economías de la periferia de Europa.

El territorio belga se ubica en medio de los países rescatados de la periferia de la zona euro, como Grecia y Portugal, y de países con calificación de crédito AAA como Alemania.

Su deuda es casi equivalente a su producción y, a más de un año de las elecciones, los políticos aún están discutiendo cómo formar un gobierno de coalición.

El primer ministro Yves Leterme y el ministro de Finanzas Didier Reynders llegarán a la capital británica el lunes para presentar las finanzas del país a los inversores.

"Es para mostrar la diferencia con otros países", dijo un portavoz de Leterme. "Ir y entregar este mensaje en persona es una señal fuerte", manifestó.

Una fuente dijo a Reuters que aunque no se planea una transacción junto a la visita, era esencial que las autoridades del país se mantengan en contacto con inversores debido a las volátiles condiciones de mercado.

Este año, Bélgica espera un crecimiento de su Producto Interno Bruto en un 2,6%, frente al rango de entre un 1,5% y un 2,3% esperado para la zona euro en general, según cifras del banco central belga.

Sin embargo, los inversores se muestran cada vez más preocupados de que sus créditos a bancos en toda Europa pudieran volverse incobrables si Grecia incurre en una cesación de pagos en su deuda.

El costo de endeudamiento de Bélgica ha subido por el temor acerca de la sustentabilidad de su deuda nacional, que el banco central espera sea de un 96,1% del PIB el 2011.

El diferencial entre las cantidades demandadas por los inversores para comprar bonos belgas y los bonos referenciales alemanes llegó a un máximo en la era del euro de casi 1,5 puntos porcentuales en noviembre. Sin embargo, desde entonces han regresado a poco más de un 1,3%.