La primera dama de México, Angélica Rivera, afirmó el martes que la mansión por la que se ha cuestionado al  presidente Enrique Peña Nieto fue adquirida gracias a sus ganancias como actriz  de telenovelas, pero que decidió venderla para frenar las críticas.

Quiero dejar "muy claro ante ustedes que no tengo nada que esconder, que he trabajado durante toda mi vida" para tener un patrimonio, dijo Angélica Rivera en un mensaje difundido en su sitio de internet.

La esposa del presidente aclaró la procedencia de esta propiedad luego de que la periodista Carmen Aristegui hiciera pública la existencia de la mansión.

Las obras de ampliación de la vivienda fueron relacionadas con el grupo chino que ganó una millonaria licitación para la construcción del primer tren bala del país. Este contrato fue cancelado repentinamente por Peña Nieto unos días después del fallo.

La esposa del mandatario anunció que venderá los derechos derivados del contrato de compraventa de esta propiedad de grandes espacios, amplios ventanales y con un sistema de luces especial para crear ambientes.

"No quiero que esto siga siendo un pretexto para ofender y difamar a mi  familia", indicó Rivera.

Rivera, conocida en México como "La Gaviota" por uno de sus papeles  protagónicos más populares, dijo que ha trabajado desde los 15 años y que Televisa, empresa en la que trabajó durante varios años, le entregó como pago una casa, ubicada en un lujoso barrio del poniente de la capital, en la que  empezó a vivir en 2008.

La primera dama admitió que la ampliación de la casa, en dos terrenos  contiguos adquiridos posteriormente por 54 millones de pesos (3,9 millones de  dólares), fue realizada por Ingeniería Inmobiliaria del Centro, propiedad del  Grupo Higa, al que hasta la fecha ha pagado el 30% del total.

En asociación con China Railway Construction Corporation, el Grupo Higa  había obtenido la licitación para el tren de alta velocidad entre Ciudad de  México y la ciudad industrial de Querétaro (centro) por más de 3.700 millones  de dólares. 

Rivera precisó también que por el término del contrato que mantuvo con  Televisa, la empresa le pagó en 2010 poco más de 88 millones de pesos (6,4  millones de dólares) y que en ese año declaró a hacienda ingresos por 131  millones de pesos (9,6 millones de dólares).

El escándalo por la mansión salpicó a Peña Nieto cuando el presidente atraviesa la más grave crisis de su mandato iniciado en 2012, tras la  desaparición de 43 estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa en Iguala  (sur).