Por más de un año, nueve montañistas chilenos se prepararon para cumplir su sueño. Cambiaron sus hábitos alimentarios, se sometieron a rigurosos entrenamientos y debieron viajar más de 22 mil kilómetros para comprar sus equipos. Todo ello para lograr su meta y convertirse en los primeros latinoamericanos en alcanzar los 8.000 metros de altura. El lugar escogido: el Gasherbrum II, una de las montañas más altas del mundo en el sector paquistaní de los Himalaya.

No fue una tarea fácil. Fuertes vientos, temperaturas de -30 °C y el agotamiento producto de la altura provocaron que sólo dos de ellos cumplieran la misión el 9 de junio de 1979. Han pasado 30 años y sus protagonistas recuerdan cada detalle como si fuera ayer. Semanas atrás la Sección Cultural de la Federación de Andinismo logró que gran parte de ellos se reuniera.
 
En 1978 un grupo de amigos montañistas decidieron emprender un nuevo rumbo, luego que algunos  alcanzaran la cúspide del lado sur del Aconcagua. Allí se plantearon el desafío: subir una de las montañas más altas del mundo.

Fue así como iniciaron la preparación. Un programa de entrenamiento especial y una dieta rica en carbohidratos para las alturas formaron parte de su nuevo estilo de vida. Dos de ellos -Claudio Lucero y Gastón Oyarzún- viajaron a Francia e Inglaterra para comprar equipos.

Todo eso necesitaba financiamiento. Claudio Lucero -que en 1992 formó parte de la expedición que alcanzó la cumbre del Everest- cuenta que "la gente pensaba que estábamos locos. Tuvimos que conseguir el auspicio de bancos y diarios, y todo eso costó bastante". Tras ello pidieron las autorizaciones.

EL ARRIBO
El 1 de abril de 1979, Gastón Oyarzún, Claudio Lucero, Iván Vigoroux,  Jorge Bassa, Jorge Quintero, Héctor Zúñiga, Rubén Lamilla, Nelson Muñoz y Claudio Gálvez partieron rumbo a Pakistán. "Nos encontramos con una cultura distinta. Nos pusieron un oficial y tuvimos que contratar 110 portadores para que trasladaran las tres toneladas de alimentos y equipos", dice Vigoroux.

Un mes después los montañistas arribaron al campo base (5.150 metros). Pero las bajas temperaturas, la altura y el frío hicieron que varios abandonaran. El jefe de la expedición, Gastón Oyarzún, recuerda que uno de los momentos más difíciles fue "a 7.600 metros, cuando hicimos un vivaque, que es dormir en la intemperie. Allí  encontramos una carpa de una antigua expedición polaca y con eso intentamos protegernos".

Lucero, en tanto, cuenta que  antes de llegar a la cima "me caí a una grieta. Menos mal que estábamos amarrados con Gastón". Agrega que el 9 de junio logran pisar la cumbre y "estuvimos 40 minutos, lo suficiente para descansar, sacar fotos y mirar. Fue algo impresionante".

Cuatro años después la polémica se encendió. Un grupo de montañistas dudaron de los resultados de la expedición. Uno de ellos es el conocido montañista Mauricio Purto, quien pese a los años mantiene que no se llegó a la cumbre. "Yo fui y las fotografías no corresponden. Las montañas tienen una fisonomía distinta y reconocí el lugar donde se tomaron las fotos, que es 100 metros más abajo".

Eso no le importa a Lucero, y afirma que "se pueden decir muchas cosas, pero nosotros llegamos. Uno no se puede mentir a sí mismo".