Los principales bancos de Europa clausuraron o vendieron 5.300 de sus sucursales el año pasado y los cierres se acelerarían mientras sus clientes adoptan las facilidades de la banca digital en vez del contacto tradicional cara a cara.
Sin embargo, algunas entidades están evitando recortes masivos por temor a eliminar una fuente de negocios nuevos, alejando viejos clientes y desencadenando reacciones políticas adversas en regiones aisladas.
Los cierres de sucursales bancarias son recibidas con consternación cuando las comunidades se quedan sin un banco local.
Pero reflejan una revolución digital que está transformando la forma en que la gente hace todo, desde pagar por sus vacaciones y comparar precios de seguros hasta retirar libros de bibliotecas y alquilar DVD.
También son una forma ideal para que las entidades prestamistas recorten gastos y acumulen más capital después de la crisis financiera.
La cifra sobre cierres o ventas el año pasado fue compilada por Reuters en base a declaraciones de 26 de los 30 principales bancos registrados de Europa. Los otros cuatro no revelaron las cifras en forma rutinaria y no planeaban proporcionarlas.
Hasta un 40% de las sucursales de los bancos de Europa cerrarían entre 2013 y 2020 al afianzarse la "digitalización" de la banca, dice la consultora Bain & Company.
Eso significaría 65.000 sucursales menos en toda la UE, en base a datos del Banco Central Europeo que muestran que había casi 218.000 sucursales bancarias en la región al final de 2012.
"Es sólo el comienzo de los cierres de sucursales", dijo el jefe de banca minorista global de Bain, Dirk Vater.
"He sido un consultor bancario durante más de 20 años. Por primera vez, realmente veremos cambios drásticos (...) La industria se desfigurará", dijo Vater.
Los recortes más drásticos han ocurrido en España, donde muchos bancos siguen luchando por recuperarse de un desplome inmobiliario y una crisis de endeudamiento y han acudido a recortes severos.