El príncipe Carlos de Inglaterra recibió desde 2006 tierras valoradas en más de un millón de libras esterlinas y que pertenecieron a personas que murieron sin hacer testamento en la región de Cornualles.

Según las cuentas publicadas hoy en la página web del Ducado de Cornualles, el valor del patrimonio privado del heredero al trono británico aumentó en ese periodo en un total de 1,019 millón de libras esterlinas (1,24 millones de euros) por la adjudicación de tierras de esa región de Inglaterra, procedentes de las personas que murieron sin hacer testamento y sin herederos que las reclamaran.

Una ley de la Edad Media establece que las tierras de todos aquellos que mueran sin hacer testamento y sin herederos que las reclamen en la región de Cornualles pasan a ser propiedad del príncipe de Gales.

En el resto de país, las propiedades cuyo dueño muere sin hacer testamento y sin herederos que las reclamen se las queda el Estado.

La mayor parte del dinero que recibe Carlos de Inglaterra por la explotación de esas propiedades es destinado a organizaciones benéficas a través de una de las fundaciones a su nombre, mientras que un porcentaje se guarda como reserva para hacer frente a posibles reclamos de posibles herederos de los fallecidos.

Una ley de 1.307 establece que el hijo mayor del monarca hereda el título de duque de Cornualles y una finca de más de 53.000 hectáreas, además del derecho a reclamar las tierras de los que mueren sin herederos en el condado. Esta tradición centenaria ha sido criticada por la organización republicana Republic, que considera que el príncipe no tiene derecho a esas tierras.

Los ingresos anuales del príncipe como duque de Cornualles ascendieron a 18,3 millones de libras (22,8 millones de euros) el año pasado, la mayoría por el alquiler de propiedades en la finca.

Además, el príncipe Carlos explota parte de la finca con el cultivo de productos biológicos que se comercializan con el nombre de "Ducado de Cornualles".

A pesar de que el heredero de la corona británica puede disponer de ese dinero, las operaciones deben ser autorizadas por el Tesoro británico.