La angustia crecía hoy al cumplirse el sexto día con nueve mineros atrapados por derrumbes en un socavón en una montaña del sur de Perú, debido a que comienzan a sufrir los primeros problemas en su salud.
Cuatro de ellos informaron -a través de una manguera que es el único contacto con el exterior y mediante la cual se les envía además agua y alimentos- que padecen de cuadros diarréicos.
"De los cuatro el más delicado es Félix Cucho, que sobrepasa los 50 años", dijo Hubert Mallma, médico del ministerio de Salud que conversó con ellos este martes a través de la manguera. "Eso para nosotros es una preocupación, al inicio se pensaba que serían rescatados en uno o dos días, pero ahora si se incuba un proceso infeccioso nos puede complicar las cosas", explicó el médico.
A través del ducto se les están enviando sales rehidratantes "para que no se descompensen, pero al momento tenemos controlada la situación".
El médico admitió que el tiempo de permanencia dentro del socavón es crucial: "conforme pasan los días los problemas de salud van a aparecer; primero era un estrés normal, pero ahora con el paso de las horas a ese estrés se añaden las infecciones estomacales".
Pese a los males estomacales los nueve atrapados "están con buen ánimo, no están decaídos totalmente", añadió Mallma.
La brigada de salud optó por lavar con agua clorada la manguera por la que se les envía alimentos y se han comenzado a hacer análisis del agua, en la presunción de que ese es el causante de las diarreas, aunque sin descartarse que la causa pueda estar al interior del socavón.
Mientras tanto los trabajos en el interior del túnel continúan sin descanso día y noche para rescatar a los mineros.
De acuerdo a un último informe del ingeniero Edward Bejarano, uno de los dos ingenieros que dirigen las operaciones de rescate, se avanza en la instalación de una estructura de madera para evitar nuevos derrumbes, que constituyen el principal problema para socorrer a los mineros. "Técnicamente no se puede afirmar con precisión el momento en que van a salir", señaló Bejarano.
Bejarano compartió el optimismo de la ministra de la Mujer, Ana Jara, quien la tarde del lunes se mostró esperanzada en que los bloqueados saldrían "en las próximas horas". "Se trabaja con celeridad, hay que mantener la calma, no puedo hablar de tiempos", apuntó por su lado el ingeniero César Alarcón.
Desde la parte alta del cerro los socorristas envían troncos de eucalipto hacia la hondonada donde se ubica la entrada de la mina mediante un sistema de poleas y cables. De esa forma los maderos cuelgan y recorren por el aire una distancia aproximada de cien metros hasta el campamento en pocos segundos, lo que aligera las labores.
En el campamentro, otro grupo de brigadistas secciona los troncos para que tengan la medida adeucada y son llevados de inmediato al interior del socavón para construir los cuadros de madera y contener los derrumbes.
"En todo momento hay riesgo, hemos avanzado el 80%, pero todo depende del control que se lleve de los deslizamientos, de esa manera se pueden armar las estructuras de madera", relató Antonio Apaza, minero con 25 años de experiencia en la minería formal.
Los mineros están atrapados desde el jueves 250 metros tierra adentro, en un túnel horizontal, tras el derrumbe en un socavón del cerro donde se encuentra la mina cuprífera Cabeza de Negro, distrito de Yauca del Rosario en la región Ica.
La mina Cabeza de Negro es un yacimiento artesanal e informal de cobre y que es explotada en condiciones precarias luego que la explotación legal de la mina fuera abandonada hace más de dos décadas por sus propietarios.