Señor director:
La Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi), la cual sería en parte reemplazada por el nuevo Ministerio de Asuntos Indígenas, está siendo investigada por el asunto de los procedimientos de adquisición y traspaso de fondos a las comunidades indígenas, para lo cual ha sido asignada una auditoría externa que busca determinar la causa de los $ 8.789 millones sin rendir en el programa Orígenes II. Esto es aparentemente el resultado de un cúmulo de desórdenes, aunque los ejecutivos de Conadi no estén seguros de la existencia de irregularidades.
En ese caso, todos los chilenos debieran estar preocupados. El Estado y sus ministerios supuestamente son inofensivos, sin embargo, los constantes casos de corrupción y abuso de poder, además de las irregularidades que suceden frecuentemente, dan razones para inquietarse. Tal vez convendría cambiar un poco el paradigma que se tiene del Estado y la fuerte confianza en su capacidad de administrar los intereses del país. Por años en Chile el liberalismo ha sido considerada una mala palabra, sin embargo, con este tipo de desórdenes se corre el riesgo de acuñar un concepto mucho peor, el de corrupción.
John Cobin, Ph.D.
Facultad de Economía y Negocios
Universidad Andrés Bello