El lanzamiento del HEAT-AX-Tycho Brahe, como ha sido bautizado el cohete, pretende ser la primera de una serie de pruebas impulsadas por la firma privada Copenhagen Suborbitals con el objetivo de enviar pasajeros al espacio, a más de 140 kilómetros de altitud, en un plazo de entre cinco y diez años.
Los primeros datos apuntan a que el despegue fallido se debió a un problema en una válvula, lo que obligó a desarmar el cohete y retirarlo de nuevo a tierra.
Los organizadores tienen hasta el próximo día 17, cuando finaliza el plazo de uso de la zona militar concedido por las autoridades danesas, para intentar de nuevo el lanzamiento, que hasta ahora había sido aplazado varias veces debido al mal tiempo.
Las previsiones meteorológicas en la zona apuntan a que el cielo permanecerá despejado durante los próximos dos días.
El cohete, en cuyo interior va un "dummy" (un muñeco de los que habitualmente se usan en las pruebas de seguridad de los automóviles), alcanzará una altura máxima de 30 kilómetros para luego descender de forma controlada en paracaídas, si no explota antes.
El prototipo ya ha sido probado con éxito varias veces, aunque este es el primer test en condiciones naturales.
Copenhagen Suborbitals fue creada hace dos años y medio por Peter Madsen y Kristian von Bengtson, al frente de un equipo de voluntarios, con un modesto apoyo logístico de la Marina danesa, pero que, gracias a donaciones de empresas y particulares, ha reunido los 50.000 euros con que se sustenta el ambicioso proyecto.