Con los alegatos de apertura de la fiscalía y la defensa de la acusada comenzó esta mañana el juicio oral contra la profesora María Eugenia Darrigrande (40), acusada de abusos sexuales contra un estudiante de 12 años entre agosto y noviembre de 2007, en un colegio de Recoleta.
A partir de hoy el Ministerio Público presentará pruebas y testigos para acreditar los hechos y lograr que los magistrados del 2° Tribunal Oral de la capital condenen a la mujer a 15 años de presidio.
Pasadas las 11.00 horas, María Eugenia Darrigrande optó por declarar voluntariamente ante los jueces. La mujer reconoció una relación durante tres meses con el menor, pero aseguró que sólo se concretó un sólo acto sexual y que estaba enamorada.
"En el poco tiempo que duró esto yo estaba con esta irracionalidad y lo que paso es que lo veía como mi pareja. Llegué a enamorarme, primero como forma platónica. Ya sentía una atracción por él, y en ese momento, manifestamos mutuamente nuestro sentir. Como era imposible conversar en el colegio, ahí se fueron haciendo más seguidas las conversaciones vía telefónica", declaró.
Asimismo se mostró arrepentida de lo que hizo. "No sabía cómo reparar este error, lo único que quería era desaparecer, no hallaba cómo decirle, pues él estaba muy entusiasmado".
La fiscal del caso, Lorena Barudi esgrimió en su acusación la agravante que se aplica a los imputados que tenían a su cuidado a la víctima. En este caso, Darrigrande era la profesora jefe del sexto básico donde cursaba S.A.J.S.
Según el escrito presentado por la fiscal ante el Tercer Juzgado de Garantía, todo comenzó en agosto de 2007, al interior del Liceo Polivalente Santa Juliana. Fue esa época cuando la docente comenzó a seducir al menor a través de regalos y atención preferencial, para luego comenzar a realizar tocaciones y besos a S.A.J.S. en las salas desocupadas del establecimiento.
La fiscal indica, a continuación, que desde septiembre y hasta el 23 de noviembre, los días viernes llevaba al menor a un departamento que la mujer tenía en el centro de Santiago, donde tenía relaciones sexuales con el menor. Todo terminó cuando el escolar le confesó a su madre que su polola era en realidad su profesora jefe.