El Sindicato de Maestros de Chicago (CTU, por su sigla en inglés) comunicó hoy a las autoridades educativas su intención de iniciar una huelga en los próximos diez días en demanda de un nuevo convenio que establezca una subida salarial superior a la propuesta por la Junta de Educación.
En una nota presentada a la Junta de Relaciones Laborales del estado de Illinois (EE.UU.), el sindicato cumplió con la obligación legal de avisar con una antelación de diez días antes de iniciar cualquier medida de fuerza.
La presidenta del sindicato, Karen Lewis, señala en ese escrito, dirigido al presidente de la Junta de Educación de Chicago, David Vitale, la intención de iniciar la huelga en el plazo establecido por ley.
Además, según informó el diario Chicago Tribune, Lewis acusó hoy en rueda de prensa a los líderes de las escuelas públicas y al alcalde de la ciudad, Rahm Emanuel, de participar en una "campaña de desprestigio" contra los maestros. "Ha sido insulto, tras insulto, tras insulto. Ya basta", dijo Lewis.
Los dirigentes sindicales argumentan que durante nueve meses de negociaciones del nuevo convenio colectivo, las autoridades del distrito no mejoraron su oferta inicial, que establecía un aumento salarial del 2% durante los próximos tres años.
El sindicato también rechaza los planes de las escuelas públicas de dejar de aplicar incrementos automáticos a los maestros basados en méritos, para establecer un nuevo sistema de corrección salarial basado en el rendimiento de los estudiantes.
Por su parte, el distrito argumenta que no dispone de recursos para atender el reclamo del profesorado de que se les eleve el sueldo un 20% en tres años, y señaló que ha tenido que usar sus reservas para cubrir el déficit del próximo presupuesto.
La huelga, que comenzaría después del inicio del año lectivo el próximo 4 de septiembre, sería la primera desde 1987 en la educación pública de Chicago.
El consejo de delegados del sindicato, de 25.000 miembros, se reunirá mañana para fijar los detalles de la huelga.
Las Escuelas Públicas de Chicago, que tienen más de 400.000 alumnos, anunciaron por su parte que pondrán en marcha un plan de contingencia para tratar de aliviar el impacto que tendría una huelga en sus más de 400.000 alumnos.
El plan incluiría asociaciones con agencias y departamentos municipales, organizaciones religiosas y sin fines de lucro, para atender a los estudiantes durante por lo menos cuatro horas diarias.
Además de servir desayuno y almuerzo a quienes lo requieran, habría actividades no educativas para mantener ocupados a los alumnos mientras los padres trabajan.