Son las seis y media de la tarde y María del Carmen Ureta termina su jornada. Ella es diseñadora, pero su día lo pasa muy lejos de los tableros o el computador. En 2007 optó por dar un giro en su vida laboral. Después de varios años de bajos sueldos sin contrato y horarios que la mantenían trabajando muchas veces hasta la madrugada, postuló a una empresa de servicios. Hoy es ejecutiva de posventa y su salario llega fácilmente al millón de pesos en un buen mes. "Estudiar Diseño me dio las herramientas para ser más creativa, algo que me ha servido mucho en mi actual trabajo. Pero mi carrera ya no es más que un hobby", cuenta.

Con más de siete mil diseñadores menores de 35 años en el mercado, casos como el de María del Carmen no son extraños. Tampoco lo son en otras profesiones. Reinventarse ha pasado a ser una constante entre los egresados de las denominadas carreras saturadas. Ingenieros comerciales, veterinarios, sicólogos, arquitectos o periodistas. Incluso profesores, donde los egresados de Pedagogía casi se triplicaron en siete años. Quienes recién salen al mercado están dispuestos a cambiar de rumbo en busca de mejores perspectivas.

Lo que ocurre con la Policía de Investigaciones es una muestra. En 2006, este organismo abrió un programa para atraer universitarios a sus filas. Hoy, son cerca de tres mil los que postulan cada año en busca de la estabilidad laboral que no les ofrece su carrera.

Algunas profesiones destacan entre los candidatos: en el último proceso de selección, por ejemplo, el 20% fueron profesores, incluyendo varios de Religión y Filosofía. Les siguen asistentes sociales y sicólogos.

Las diferencias de expectativas para estos profesionales pueden ser notorias. Un profesor comienza ganando entre 300 mil y 400 mil pesos y, al quinto año de trabajo, según cifras de Futuro Laboral, la cifra permanece intacta. Con los asistentes sociales ocurre algo similar. En dos años, aumentó en 50% el número de egresados que gana poco más de $ 400 mil luego de 24 meses de ejercicio profesional. Un detective que cuenta con un título profesional, en cambio, obtiene de inmediato el rango de subcomisario y su salario de inicio es de $ 800 mil.

EMPRENDEDORES
Marcela Gutiérrez es periodista titulada de la Universidad Católica. Trabajó en medios de comunicación y fue asesora de prensa en distintos eventos. En 2003 se quedó sin trabajo y le ofrecieron un puesto por $ 200 mil. "No me servía ni para cubrir la bencina de los viajes que tenía que hacer", dice.

En 2005 llegó a un periódico y se topó con que lo único disponible era ventas de publicidad. "Me quería morir, pensaba cómo iba a trabajar en eso si había estudiado cinco años". El sueldo la hizo cambiar de opinión: $ 900 mil en un mal mes y hasta tres millones en épocas como Navidad o Fiestas Patrias. "Aprendí que el trabajo de periodista y vendedor es muy parecido: ambos deben ir a buscar una entrevista con alguien que muchas veces no quiere recibirte".

De esta historia han pasado cuatro años y ahora junto a otros periodistas creó el Círculo de Periodistas Emprendedores, que mediante seminarios ayuda a otros profesionales a cambiar de rumbo creando sus propias empresas. "Los asesoramos para buscar las alternativas de financiamiento y les contamos trucos para avanzar mejor en sus empresas". A su primer seminario, realizado esta semana, asistieron 200 personas. Todos, profesionales en busca de un cambio.

Los ingenieros comerciales también lideran la lista de los que se reinventan. Sólo entre 2005 y 2006, egresaron 5.500 nuevos profesionales en esta carrera. Además, es una de las profesiones con mayor dispersión en los salarios: los que más ganan sobrepasan un millón 700 mil pesos, y los que menos, apenas $ 300 mil.

Ya sea en trabajos de "emergencia", como vendedores de seguros (ver recuadro), o como ejecutivos de cuenta en un banco, esta profesión tiene la flexibilidad necesaria para trabajar en distintos ámbitos. En Laborum señalan que un 8% de los currículos para empleos no profesionales corresponden a ingenieros comerciales.

Pero empezar de nuevo no es tan sencillo. Julio Godoy, director de selección y outplacement (reubicación de profesionales), de Target DDI, explica que es importante analizar las competencias con que se cuenta y las que se pueden llegar a desarrollar. El siguiente paso es intentarlo.

LOS TRABAJOS DE "EMERGENCIA"
Sobre todo en época de crisis, muchos profesionales recurren a ocupaciones que piden el mínimo de requisitos. El trabajo de emergencia más frecuente es el de ejecutivo de call center. Son ocupaciones de alta rotación y un sueldo cercano al mínimo.

Pero aún así es posible encontrar, según datos de Laborum, a administradores de empresas. En los laboratorios médicos, en tanto, un tercio de los postulantes a visitadores son veterinarios. Y entre los vendedores de seguros existe una alta presencia de ingenieros comerciales. Para Birgit Nevermann, gerente de Laborum Selección, esta situación es incluso previa a la crisis: "Hay un alto número de egresados de planteles no tradicionales con serios problemas para insertarse en el mercado".

En la empresa Adecco, que contrata desde ejecutivos de call center a agentes de ventas, dicen que el 12% de los currículos recibidos son de profesionales. Los más frecuentes: ingenieros comerciales, publicistas, periodistas y diseñadores gráficos.