Prófugo que usó a juez como rehén se ocultó en ocho casas de San Bernardo y El Bosque

"Lo lamento por él", fue la frase que Leonardo Azagra (25) dirigió al juez Sergio Henríquez, a quien el pasado lunes 13 de febrero utilizó como escudo humano para escapar del Juzgado de Garantía de San Bernardo.

Durante cinco días la policía siguió sus pasos, estudió a los miembros de su círculo íntimo y georreferenció todas sus viviendas para cercarlo. Finalmente, a las 9.30 de este sábado, Azagra fue detenido en la casa de un amigo, en la población Antonio Varas de esa misma comuna, a sólo 13 cuadras del tribunal de donde escapó, tras atacar y robar el arma de un gendarme.

La violencia del condenado obligó a desplegar un amplio operativo policial. Cerca de 20 efectivos del OS-9 y del Gope de Carabineros (a cargo, por primera vez, de mujeres oficiales) rodearon la vivienda que, días antes del arresto, ya había sido revisada y estudiada por la policía.

Conocer el lugar donde se ocultaba el reo no fue sencillo para los equipos de inteligencia. Según fuentes de la policía, Azagra deambuló por, al menos, ocho domicilios distintos. Para eludir a la justicia, cambiaba de lugar de dos a tres veces al día. Estas viviendas estaban vinculadas a su red de apoyo: amigos y compañeros de delitos que lo mantuvieron oculto por cinco días.

Pablo Sabaj, fiscal a cargo del caso, aseguró que "había gente que le prestó colaboración, y otros que derechamente ignoraban quién era".

Según Sabaj, quienes le prestaron ayuda eran "personas en condiciones sociales complejas".

Desconocido en el barrio

El nombre y rostro de Leonardo Azagra eran desconocidos para los vecinos de la población Antonio Varas, quienes fueron sorprendidos por el operativo que terminó con el arresto del reo más buscado por la policía.

"Estábamos durmiendo cuando sentimos el ruido, nos acercamos a mirar por la ventana y vimos que se lo estaban llevando. El iba agachado, para que no lo vieran", relató un testigo.

Tras la recaptura de Azagra, el general Daniel Tapia, director de Investigación Criminal de Carabineros, dijo que desde el primer día se trabajó con equipos especializados, lo que permitió "dar con el paradero de este reo de alta peligrosidad".

Para el fiscal Sabaj, pese a la violenta fuga del recluso, "los jueces y fiscales no tenemos miedo de que nos pongan una pistola en la cabeza, de continuar con nuestra gestión y lograr condenar a estas personas".

Entre sus antecedentes, Leonardo Azagra registra una condena a 10 años de cárcel por el delito de homicidio calificado, cometido en 2011, cuando mató a una joven de 19 años tras golpearla reiteradamente con piedras en la cabeza.

En su traslado desde el OS-9 de Carabineros hasta un centro asistencial, para constatar lesiones, Azagra se mostró tranquilo. También negó haber agredido al gendarme: "El mismo se pegó", aseguró.

El recluso, padre de cuatro hijos, actualmente cumple condena en el penal Colina II.

Poco después de la detención del prófugo, el ministro (s) de Justicia, Nicolás Mena, recordó que desde el pasado martes el Poder Judicial junto con Gendarmería desarrollan una mesa de trabajo para "revisar cuáles son los protocolos que se deben mejorar, para que no tengamos que lamentar situaciones de este tipo".

Este domingo, en tanto, en el Juzgado de Garantía de San Bernardo, se realizará el control de detención del recluso, en el que "se detallará la serie de delitos que -Azagra- cometió durante su evasión", explicó el fiscal del caso.