Irán y las grandes potencias dieron un nuevo  paso hacia una solución definitiva a su conflicto en torno al programa nuclear  de Teherán, acordando los puntos y el calendario de sus futuras negociaciones,  aunque todavía queda un camino largo por recorrer.

"Queda mucho por hacer. No será fácil, pero hemos tenido un buen comienzo",  dijo este jueves la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, después de  tres días de conversaciones en Viena entre Irán y los representantes del  llamado grupo 5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Rusia, Reino Unido y  Alemania).

La próxima reunión entre los representantes de Irán y las potencias tendrá  lugar el 17 de marzo en la capital austríaca.

"Hemos tenido tres días muy productivos, en los que hemos identificado  todas las cuestiones a las que tendremos que responder para cerrar un acuerdo  definitivo y global", añadió Ashton en declaraciones a la prensa, acompañada  del ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif.

En Viena, los negociadores han fijado "un calendario de reuniones,  inicialmente para los cuatro próximos meses, dentro de un marco para continuar"  sus conversaciones, detalló Ashton. A comienzos de marzo  se reunirán los  expertos técnicos.

"Nos pusimos de acuerdo sobre los temas de las negociaciones de nuestra  próxima reunión y de la de los expertos", indicó Zarif en su página de Facebook.

El 24 de noviembre pasado en Ginebra, los iraníes y el grupo 5+1  concluyeron un acuerdo transitorio de seis meses por el cual Irán congeló  algunas actividades nucleares sensibles a cambio del levantamiento de una parte  de las sanciones que afectan a su economía.

De aquí a julio, como muy pronto, los negociadores tienen la delicada tarea  de transformar ese acuerdo temporal en uno global y definitivo,  que garantice  sin la sombra de una duda el carácter pacífico del programa nuclear iraní.

Las grandes potencias e Israel, única potencia nuclear de Medio Oriente,  sospechan que Irán desarrolla un programa nuclear con fines militares, lo que  el gobierno iraní niega terminantemente.

Las conversaciones "se desarrollaron dentro de un clima positivo, pero aún  no podemos ser optimistas sobre el avance de las futuras negociaciones",  explicó el jefe de los negociadores iraníes, Abas Araghshi, tras concluir la  reunión de tres días en Viena.

Un acuerdo global permitiría normalizar las relaciones entre Irán y Estados  Unidos, rotas desde hace 35 años. También alejaría la amenaza de la opción  militar planteada a menudo por Israel y Estados Unidos para detener el programa  nuclear de Teherán.

Expertos y diplomáticos estiman poco probable la conclusión de un acuerdo  en un plazo de seis meses. No obstante, este período podrá prolongarse a un año  por consentimiento mutuo.

La falta de acuerdo de aquí a julio, no obstante, sería un mal presagio,  que daría argumentos a los parlamentarios estadounidenses para apretar la  política de sanciones contra Irán.

Además debilitaría al presidente moderado Hasan Rohani, artífice del  deshielo de los últimos meses, pese a la oposición de los partidarios de una  línea dura con Washington.