Premunida de una exposición en power point y con una carpeta de minutas para repartir entre los diputados llegó el miércoles pasado a la Comisión de Constitución de la Cámara la cientista política Marcela Ríos, representante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La profesional -oficial del programa de gobernabilidad del PNUD- había sido invitada a exponer su visión técnica sobre la reforma al sistema electoral binominal que promueve el gobierno de Miche-lle Bachelet. El proyecto fusiona distritos y circunscripciones y eleva a 50 los senadores y 155 el número de diputados.
El tema no le era desconocido. Ríos fue parte de la comisión que encabezó el ex ministro Edgardo Boeninger en el primer gobierno de Bachelet para generar propuestas de cambio al sistema electoral. Pero las propuestas no lograron piso político en la Concertación.
En su intervención del miércoles, si bien la representante del PNUD valoró el avance de la reforma respecto del esquema de elección parlamentaria vigente, también entregó un diagnóstico de las "deficiencias y omisiones" del proyecto que lidera el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Semanas atrás, este programa de la ONU ya le había entregado a Bachelet un informe sobre una amplia auditoría a la democracia chilena, que alertaba que el Congreso Nacional era uno de los menos valorados de Latinoamérica.
En línea con esa auditoría, la representante del PNUD acusó falta de claridad de los criterios usados por el Ejecutivo en su reforma para diseñar el nuevo mapa electoral. La propuesta del gobierno fusiona zonas electorales y transforma los 60 distritos de diputados en 28, mientras que las 19 circunscripciones de senadores las convierte en 15 (una por cada región).
"Nos parece que la propuesta de un nuevo mapa electoral debió haber sido realizada por un organismo autónomo, ojalá con criterios técnicos más claros que los que están especificados en el proyecto", dijo Ríos ese día ante los diputados.
También el análisis del PNUD señala que la reforma "no avanza suficiente" para dar condiciones más igualitarias a "terceras fuerzas" políticas, en una velada alusión al modelo bipolar de la Nueva Mayoría y la Alianza.
Además, critica que el proyecto mantiene una fuerte desigualdad en el valor del voto. Aunque la propuesta nivela un poco el escenario, las regiones Metropolitana, de Valparaíso y del Biobío seguirán eligiendo menos representantes que lo que debieran elegir según su tamaño de población.
Igualmente, el análisis dice que la reforma al binominal no considera el fortalecimiento de los partidos y recomienda revisar el financiamiento electoral.
Entre las recomendaciones, en tanto, el PNUD propone bajar el número de candidatos y crear un mecanismo para ajustar los distritos, lo que reduciría representantes en algunas zonas.
Las críticas llamaron la atención entre los asistentes, ya que apuntaban a temas como el mapa electoral, que -según el ministro Peñailillo- es intransable y el "corazón de la reforma". Sin embargo, varios legisladores tomaron nota de elementos técnicos que podrían mejorar el proyecto.
"Existe cierta arbitrariedad en la distribución de escaños y distritos. Sería bueno que el ministro recogiera la crítica", dijo el diputado UDI Arturo Squella.
"Concuerdo en que debiera existir un diseño ideal. Pero para acercarse al ideal tiene que haber viabilidad política", dijo el PS Marcelo Schilling.
El DC Ricardo Rincón, quien preside la comisión, añadió que "el Parlamento está para realizar estos análisis y perfeccionar iniciativas. Y el gobierno está abierto a los aportes, pero sin desviarnos de lo esencial: eliminar el binominal".