Con el objetivo de relanzar el Concilio Vaticano II, los cardenales jesuitas italianos, Carlo María Martini y Roberto Tucci, promovieron un portal de internet, presentado hoy en Milán y con el que pretenden dar a conocer a los jóvenes este evento que encaminó a la Iglesia Católica hacia el tercer milenio.

Se trata del portal www.vivailconcilio.it, de la Fundación Ambrosianeum, promovido por Martini, quien fue cardenal arzobispo de Milán; por Tucci, ex organizador de los viajes papales por el mundo y por el prelado, Luigi Bettazi, de 86 años, que participó junto a los otros en el Concilio Vaticano II.

La página web fue presentada hoy, el mismo día en que hace 51 años el papa Juan XIII anunció al mundo la convocatoria del concilio que cambio a la Iglesia Católica.

En la web del concilio, se podrán consultar todas las intervenciones magistrales, las lecturas teológicas y otras iniciativas y documentos relacionadas con el evento. También se pueden ver fotos, imágenes y otros formatos multimedia, todo con el objetivo, según sus promotores, de que las personas lo comprendan.

EL CONCILIO
El Vaticano II, convocado el 25 de enero de 1959 por Juan XXIII, fue uno de los eventos históricos que marcaron el pasado siglo XX, un concilio ecuménico que superó todas las expectativas, ya que rompió con cuatro siglos de Iglesia tridentina y cambió sus relaciones con la sociedad y con las otras religiones.

Al evento, convocado 90 años después de que se celebrase bajo el pontificado de Pío IX el Vaticano I, asistieron 2.540 obispos de todo el mundo y más de 700 padres conciliares hablaron durante sus diferentes sesiones. Sin embargo, el encuentro tuvo que terminar antes de tiempo debido al clima de guerra que vivía Roma en aquellos años.

Del Vaticano II salieron 16 documentos, de ellos cuatro constituciones -actos legislativos emanados del Papa para dar disposiciones de carácter general y permanente-, nueve decretos y tres declaraciones.

Entre las constituciones destaca Gaudium et Spes, con la que se pasaba de una Iglesia encerrada en sí misma a una libre en un estado libre, sin teocracias, que se sentía parte del mundo, que se abría a sus problemas.

Y entre las declaraciones destaca Nostra Aetate,  en la que los católicos retiraron las acusaciones contra los judíos.

Juan XXIII no pudo clausurar el concilio ya que murió el 3 de junio de 1963 y le tocó a su sucesor, Pablo VI.