Los representantes de los trabajadores del Teatro La Scala de Milán decidieron llevar su protesta contra la política del gobierno de Silvio Berlusconi hacia ellos en sus viajes internacionales, y específicamente a los conciertos del 29 al 31 de agosto en el Teatro Colón de Buenos Aires, en ocasión del bicentenario de Argentina.
Las tres funciones en el Colón, bajo la batuta del director argentino Daniel Barenboim, estuvieron a punto de ser canceladas a causa de la protesta gremial, y sólo a finales de julio los sindicatos de los trabajadores (FIALS y CGIL) revocaron la huelga que habían convocado para esas fechas.
En lugar de la huelga, decidieron, harán llegar la protesta a Buenos Aires, una iniciativa que fue apoyada inmediatamente por los trabajadores del Teatro Colón, quienes afirman que ellos también están sujetos a los mismos problemas de recorte de presupuesto.
Es así que los sindicatos publicaron en su blog en Internet (www.lavoratoriscala.splinder.com) el texto de un volante bilingüe, en italiano y español, que será distribuido en ocasión de los espectáculos en Buenos Aires.
El texto afirma que "la cultura es un bien colectivo y así debe seguir siendo, libre de lógicas económicas, porque su riqueza es la creatividad y la elevación de la conciencia de los seres humanos: esto vale también para el Teatro de la Scala de Milán, que corre el riesgo de ser privatizado y de tener que responder al mercado"