El departamento de la policía de Los Ángeles (LAPD por sus siglas en inglés) informó que al menos dos personas fueron arrestadas durante un breve enfrentamiento entre agentes y los manifestantes.

Con esto ya son decenas las que han sido detenidas durante las protestas, que piden la investigación del incidente y el despido del agente policial que acabó con la vida del inmigrante.

Según LAPD, el jornalero Manuel Jamines Xum, de 37 años, amenazaba a transeúntes con un cuchillo de cinco pulgadas en una intersección de Westlake, aledaña al McArthur Park, en el centro de la ciudad.

De acuerdo con la versión oficial, efectivos de la policía le ordenaron, en español y en inglés, que soltara el cuchillo. Pero el inmigrante no obedeció, sino que se abalanzó sobre los agentes de forma amenazante, obligando al oficial Frank Hernández a dispararle dos veces.

LAS PRUEBAS
"Todo lo que la policía está diciendo son falsedades", le dijo sin embargo a BBC Mundo Tomás Gómez, familiar de la víctima, a la salida de una reunión comunitaria entre autoridades y residentes de Westlake, convocada para limar asperezas entre ambas partes.

Gómez dijo no estar convencido por la información que ofreció el jefe de LAPD, Charlie Beck, quien presidió el encuentro.

El familiar de la víctima aseguró que continuarán las protestas mientras la policía no esclarezca las circunstancias que condujeron a la muerte de su familiar.

"Lo que queremos es ver pruebas del delito que ellos dicen que cometió mi primo", agregó.

AMBIENTE TENSO
La reunión comunitaria se celebró en el auditorio de la escuela intermedia John H. Liechty Middle School a pocos pasos del escenario del suceso del domingo y donde residentes locales han estado colocando memoriales improvisados en honor de Jamines Xum.

El ambiente fue sumamente tenso, y los asistentes mostraron abiertamente su desconfianza de las acciones de los agentes policiales que normalmente patrullan Westlake.

Muchos se quejaron de lo que calificaron discriminación racial de parte de la LAPD hacia los hispanos y negros.

También se evidenció una división en la comunidad entre los que hablan de "guerra" hasta que la LAPD no satisfaga sus reclamos, y los residentes que dijeron que lo que desean es paz en el sector.

"Un pueblo desarmado es un pueblo en paz", respondió uno de los asistentes que insistió en que durante las manifestaciones de los últimos tres días los efectivos han abusado de la fuerza.

Por su parte, el jefe policial Charlie Beck prometió una investigación exhaustiva del incidente.

"Porque simplemente es lo correcto, les prometo una investigación justa y transparente sobre los incidentes del domingo", exclamó Beck.

Mientras transcurría la reunión, decenas de agentes se congregaban en los alrededores del sector y helicópteros sobrevolaban el área ante la posibilidad de que se repitieran los disturbios del martes, cuando manifestantes chocaron con la policía.