Miles de personas se concentraron hoy en las calles de Pretoria, Sudáfrica, para exigir la marcha del presidente del país, Jacob Zuma, al que partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil acusan de entregar el Estado a empresarios amigos y utilizar la Fiscalía en su beneficio personal.
Convocada por dos partidos opositores y una plataforma cívica recién creada bajo el nombre Save SA (Salvar Sudáfrica), la protesta es una de las más multitudinarias celebradas contra Zuma hasta el momento, y se produce en una semana especialmente tumultuosa en la vida política sudafricana.
Mientras militantes del partido populista Combatientes por la Libertad Económica (CLE) coreaban consignas contra Zuma, sus abogados retiraban el recurso presentado para evitar la publicación de un informe de la Defensora del Pueblo sobre su presunto trato de favor a los Gupta, una familia de empresarios cercana.
Esta decisión se produce dos días después de que la Fiscalía anunciara que retira su acusación de fraude contra el ministro de Finanzas, Pravin Gordhan, considerado en Sudáfrica como el único miembro del Gobierno capaz de oponerse a los planes de ampliar el gasto público de Zuma.
Las manifestaciones de hoy estaban convocadas para apoyar a Gordhan ante lo que muchos ven como una campaña de acoso orquestada por el presidente para librarse del ministro de Finanzas.
Gordhan ocupa el cargo desde diciembre del año pasado, después de que la presión de la comunidad empresarial llevara al presidente a cesar a su antecesor, Des van Rooyen, que solo duró unos días en el Ministerio de Finanzas y quien, según la prensa local, visitó siete días seguidos a los Gupta antes de su nombramiento.
Al mismo tiempo que miembros de los CLE y del principal partido de la oposición, la Alianza Democrática (AD) se manifestaban por las calles de Pretoria, la plataforma Save SA reunía a ilustres miembros de la sociedad civil, entre los que se contaban varios miembros del oficialista Congreso Nacional Africano (CNA) críticos con Zuma.
Desde su llegada al poder en 2009, Jacob Zuma se ha visto implicado en numerosos escándalos de corrupción, algunos de los más graves relacionados con los Gupta, cuyas empresas tienen negocios con el Estado y han sido acusados por varios políticos del CNA de haberles ofrecidos ministerios a cambio de trato preferencial.
El informe elaborado por la ya ex defensora del pueblo, Thuli Madonsela, sobre la relación de Zuma con los Gupta podría suponer un duro golpe para un presidente acosado por los casos de corrupción, cuya impopularidad crece en la calle y en su propio partido, donde cada vez más gente pide que se le retire la confianza.