Los grandes eventos deportivos son escenarios ideales para manifestantes o personas que simplemente quiere llamar la atención o ser famosos por un segundo. Y eso pasó hoy en la final de Roland Garros.
Cuando se acercaba el final del segundo set, se escucharon unos gritos desde las tribunas que protestaban contra el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Los manifestantes, con lienzos y máscaras fueron desalojados y se retiraron tranquilamente.
Pero pocos minutos después, una persona, al parecer del mismo grupo, se metió por la orilla de la cancha, cerca de donde estaba Nadal, sin polera y con una bengala encendida. No alcanzó a correr mucho debido a que los funcionarios de seguridad lo contraloron inmediatamente, ante la sorprendida mirada de los jugadores.
La protección de los deportistas para estos casos es fuerte, especialmente después del grave incidente que vivió Mónica Seles, hace 20 años, cuando fue apuñalada en una cancha.