Proyectiles de artillería impactaron el jueves por primera vez el centro de la ciudad ucraniana de Donetsk, un bastión de los separatistas, dejando al menos un muerto, en momentos en que un convoy ruso de ayuda avanza hacia la frontera.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que había aprobado el establecimiento de una fuerza de tareas militares en la región ucraniana de Crimea, que Moscú anexó, pero aclaró que la presencia no sería muy grande ni costosa.
"El Ministerio de Defensa preparó (...) un programa separado para la creación y desarrollo de fuerzas militares en Crimea. Aprobé este programa", dijo Putin en una visita a la península del Mar Negro. "No será excesivo, no será costoso", agregó.
Mientras las fuerzas del Gobierno ucraniano estrechan el cerco sobre los separatistas prorrusos, los bombardeos sacuden Donetsk, provocando que asustados residentes buscaran refugio, dijeron testigos.
No estaba inmediatamente claro si la artillería fue lanzada por el gobierno o por las fuerzas rebeldes.
Dos proyectiles cayeron a 200 metros del Park Inn Radisson, uno de los principales hoteles de la ciudad, provocando la rotura de algunas ventanas. Las explosiones abrieron un gran agujero en el tercer piso de un bloque de departamentos y dejaron un amplio cráter en el pavimento.
Por otro lado, el enorme convoy ruso que transporta 2.000 toneladas de agua, alimentos para bebés y otro tipo de ayuda humanitaria atravesó el sur de Rusia hacia la frontera, aunque Ucrania repitió que la caravana no puede entrar al país hasta que las autoridades inspeccionen su carga.
La caravana de 280 camiones salió de Moscú el martes para llevar ayuda a la región de Luhansk, en el este de Ucrania, donde la principal ciudad está en manos de separatistas.
Kiev dice que la crisis humanitaria es en parte provocada por Moscú y ha calificado el envío de ayuda como un acto de cinismo. También teme que la operación pueda convertirse en una intervención militar encubierta de Moscú.
Rusia, que niega las acusaciones de estar armando a los rebeldes con tanques, misiles y otros equipos militares pesados, ha dicho que son "absurdas" las sugerencias que apuntan a que podría utilizar el convoy como una operación encubierta para realizar una invasión.
En Ginebra, una portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, que se encargará de distribuir la ayuda en Ucrania, dijo: "El tema de los procedimientos en los cruces fronterizos y aduanas (por el convoy) todavía tiene que ser aclarado entre las dos partes".
Un asesor presidencial ucraniano de alto rango dijo que el cargamento ruso sólo puede ser llevado al país bajo la supervisión de la Cruz Roja y tras la finalización de todos los trámites fronterizos.
"Ucrania no va a permitir en su territorio que ningún escolta acompañe el cargamento ni cualquier repetición de los intentos de enviar las denominadas fuerzas de paz", dijo el asesor Valery Chaly.