La comuna de Caldera, en la Región de Atacama, es conocida-entre otras cosas- por la belleza de sus playas y su gastronomía, entre otras bondades de esta zona. Sin embargo, desde hace una década, cuenta con una maravilla poco conocida: se trata del Parque Paleontológico Los Dedos.

Un museo al aire libre que permite a los turistas retroceder millones de años, hasta el Neógeno, para observar vestigios de lo que fue una gran bahía que albergó, por ejemplo, al megalodón, el tiburón gigante que habitó nuestras costas hace unos siete millones de años, más de 70 especies de fósiles y réplicas como el Pelagornis chilensis, una de las aves prehistóricas más grandes.

El parque, ubicado unos pocos kilómetros al sur de Bahía Inglesa, pertenece a la Municipalidad de Caldera, que busca convertirse en la capital paleontológica de Chile, y en la actualidad cuenta con un sendero turístico, réplicas y señalética.

Atentos al potencial de este verdadero 'laboratorio natural', investigadores de la Universidad de Atacama (UDA), están realizando un estudio geológico para determinar y ordenar la información geológica.

La iniciativa avanza gracias a un proyecto financiado por el Fondo para la Innovación y la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Atacama y que también contempla que los visitantes puedan apreciar en terreno todo el trabajo realizado por el equipo de la UDA.

Pero no es todo. El paleontólogo y director del proyecto, el académico de la UDA, Enrique Bernárdez, indica que además se agregará innovación y tecnología a Los Dedos, pues se creará un sistema de realidad aumentada que podrá ser utilizado desde cualquier dispositivo móvil por quienes visiten el parque. Es decir, al descargar la App, podrán realizar un paseo virtual a través de diversos vídeos que servirán de guía para conocer la historia del yacimiento paleontológico.

"Queremos aumentar el turismo en la zona de Caldera y las visitas al Parque Paleontológico que hoy tiene su peak en verano", explica Bernárdez. El último año, el lugar recibió la visita de unas dos mil personas, lejos de las cifras que exhibe Bahía Inglesa, uno de los destinos más concurridos de la región.

A su vez, los trabajos científicos incluirán análisis paleoambientales y excavaciones que determinarán la capa de origen de las especies registradas, los mecanismos que originaron el yacimiento y agregar otras al registro. "Aunque sabemos que las edades registradas pertenecen al Neógeno, también podríamos encontrar información nueva", asegura el paleontólogo.

Por su parte, el geólogo de la UDA, Manuel Abad, destaca que el proyecto junto con tener valor social y turístico es de gran importancia porque ordena toda la geología de la zona, cuyos hallazgos han sido descontextualizados de su entorno geológico.

"Es una zona de extraordinaria geodiversidad (...). Es fundamental poner en valor este patrimonio, proyectar una imagen de cuidado y elaborar un relato científico riguroso que sustente esta estrategia y permita, de manera accesible, hacer comprender a los turistas y a los propios atacameños, este enorme tesoro", asegura.

En concreto, serán más de 20 metros cuadrados de superficie excavada que mostrarán la biodiversidad en cada nivel, terrazas que quedarán visibles para que puedan ser observados por los visitantes. Un pasillo de madera, carteles ilustrativos tradicionales y otros virtuales, se sumarán a los senderos ya existentes en este verdadero paseo a la prehistoria.