Sin muchos cambios ni avances. Así son los resultados de la Prueba Pisa (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), que el año pasado rindieron alumnos de 15 años.
Así, el país continúa bajo el promedio en las tres áreas que mide la prueba: Ciencias, Lectura y Matemática. Y es en esta última prueba en donde los jóvenes chilenos siguen muy por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). En Matemáticas, Chile logró 423 puntos, muy por debajo el promedio de la Ocde de 490.
En Ciencias, los alumnos chilenos lograron 447 puntos, 46 puntos menos que el promedio. Por otro lado, los mejores resultados se obtuvieron en Lenguaje, con 459 puntos, 34 menos que la Ocde.
Mauricio Bravo, investigador del Centro de Políticas Públicas de la U. Del Desarrollo, señaló que en general los resultados no son buenos y que en las tres mediciones los jóvenes "se mantienen casi iguales. Hay avances, pero no estadísticamente significativos. Hay un estancamiento y seguimos lejos de la Ocde". Bravo aclara que el estancamiento, eso sí, es general, ya que también sucede con el resto de los países que fueron medidos.
Una de las problemáticas más profundas, remarcó Bravo, es que aún hay un gran número de alumnos en los niveles más bajos de desempeño. "Hay muchos alumnos en nivel uno o dos, y son muy pocos los que están más arriba. En matemática, por ejemplo, el 50% de los jóvenes esta en bajo desempeño, y se estanca la cantidad de alumnos más altos".
Juan Pablo Valenzuela, investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación (Ciae), de la U. de Chile, también ve una mantención en los resultados de las tres disciplinas y señaló que el mayor problema es matemáticas. "Matemáticas es la situación más crítica. Requerimos 40 años para alcanzar el promedio de la Ocde".
En esa línea, Valenzuela dijo que "hay una señal de que este proceso de los últimos tres años no es estadísticamente distinto en comparación a 2012, hay mejoría pero no estadísticamente significativa".
A pesar de esto, Valenzuela remarcó que sí hay una mejora "cuando uno ve la perspectiva de más largo aliento, ultima década. Solo hay 42 países que tiene comparabilidad en ultima década y Chile es uno de los 12 que logra mejorar en largo plazo".
Una de las buenas noticias, para Valenzuela, es "la reducción de la incidencia de la conducción socioeconómica en las oportunidades educativas. Siendo que aún la condición social aún es relevante, para el caso de Chile ha tendido ha reducirse esa importancia".
En tanto, el académico de la U. Diego Portales, José Joaquín Brunner, sostuvo que efectivamente los cambios no son notables, "ni en los sectores de menor rendimiento ni entre los de alto rendimiento".
Brecha de género
Uno de los aspectos positivos es que se disminuye la brecha de género en un 10%, por lo que "hombres y mujeres están acercándose a un nivel general en matemáticas y lenguaje".
Sobre esto, Natalia Salas, académica de la U. Diego Portales, señaló que la disminución de la brecha tiene que ver "con las políticas que se han estado generando últimamente, con alcanzar elementos de equidad en las salas".
Sin embargo, las diferencias entre hombres y mujeres persisten. Ante esto, José Joaquín Brunner, investigador de la U. Diego Portales, señaló que "esto tiene que ver con la socialización temprana de niñas y niños respecto de las matemáticas y del razonamiento científico, que luego se prolonga en los colegios y las expectativas de los propios alumnos y sus profesores".
Las claves de la evaluación
El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa por sus siglas en inglés), se realiza cada tres años y está a cargo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde). En 2015, se aplicó a los 35 países de la Ocde, y a otras 37 naciones adicionales.
En Chile, la Agencia de Calidad de la Educación está a cargo de desarrollarla. El año pasado se aplicó a cerca de siete mil estudiantes de 240 colegios seleccionados al azar, de todas las dependencias. Además, por primera vez, fue contestada completamente en computador.
La prueba se divide en tres áreas: ciencias, matemáticas y lenguaje. En los tres casos, se busca que los alumnos puedan aplicar estos conocimientos en la vida cotidiana. Por ejemplo, en ciencias, que puedan interpretar evidencia o explicar científicamente algunos fenómenos.
Las preguntas son una mezcla de selección múltiple y desarrollo, además de resolver problemas en equipo. Y se contesta un cuestionario para saber más del contexto socioeconómico, cultural y familiar.