La idea no es nueva. Los primeros reportes de implantes mamarios datan de 1895 y precisamente se hacían con tejido adiposo, más simplemente llamado grasa, con resultados diversos. Pero la ciencia ha avanzado y un nuevo mecanismo utiliza, además, células madre, lo que aumenta la tasa de efectividad hasta en 80%.
La técnica con células madre, que partió en Japón en 2004, se utiliza para reconstrucción tras un cáncer de mama o en pacientes con rostros desfigurados. La clave de este procedimiento está en la acción de las células madres, las que tienen la capacidad de dar origen a cualquier otra célula del cuerpo y, potencialmente, partes de tejidos, sangre y órganos.
Hoy el procedimiento nipón se presenta en congresos de cirugía plástica alrededor del mundo y ahora llega a Chile con la idea de imponerse como una opción más natural para los implantes de busto, cualquiera sea la razón de ellos.
Dos chilenas se someterán hoy en Clínica Las Condes a una intervención con esta nueva técnica, pero por motivos distintos. Leslie, de 20 años, sufre de Síndrome de Poland, enfermedad de desarrollo muscular y, por lo mismo, sus fines son reconstructivos. En cambio, Evelyn (26) se opera por fines estéticos: sus pechos no tienen una forma definida.
IMPLANTE DE GRASA
La primera parte de la operación incluye una lipoaspiración similar a las tradicionales, con la diferencia que es hidroasistida para obtener grasa del abdomen. Con la ayuda de agua se conserva mejor la grasa, preservando en buen estado las células madre y adiposas.
La grasa extraída es procesada con un sistema de filtros para obtener una mejor concentración de células de grasa en distintos niveles de madurez: maduras -llamadas adipositos-, preadipositos y células madre. Gracias a este sistema "tenemos un mayor nivel de integración de este injerto de grasa y finalmente son más células las que viven", dice el cirujano plástico de la Clínica Las Condes, Alejandro Swett.
Una de las ventajas del proceso es el uso de tejidos propios. El cuerpo integra en unas seis semanas buena parte de la grasa injertada en el seno. De paso, se pierde tejido adiposo acumulado en el abdomen o muslos.
Swett señala que es improbable que el procedimiento compita con implantes tradicionales de silicona. La razón es que con esta técnica se implantan 200 cc de grasa en la mama por sesión, lo que aumenta el volumen, pero no su firmeza.
El cirujano dice que la lipoinyección en la mama no era un método aceptado por los cirujanos plásticos, pero ahora se ha visto que "el mayor beneficio de esta nueva técnica es que se puede usar en cirugía reconstructiva".