Desde que se dio a conocer la evaluación del Informe Pearson en enero de este año y confirmó -entre otras cosas- que la PSU está poco alineada con el currículo científico humanista y menos con el técnico-profesional, el Consejo de Rectores comenzó a buscar la fórmula para suplir esta deficiencia y lo anunció esta semana: Crear un test de ciencias para los estudiantes TP.
Con esto, se sumará un módulo electivo a las opciones de Química, Física y Biología ya existentes en esta prueba que responderá a contenidos exclusivamente pertenecientes a los dos primeros años de enseñanza media.
¿El problema? La medida no soluciona la segregación que viven estos estudiantes. Así lo explicó la investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la UC, Mónica Silva, quien sostuvo que "tomarse cuatro meses para este anuncio realmente no corresponde. Es absolutamente y totalmente insuficiente".
Según la académica, "el informe Pearson es claro, hay que evaluar y reducir contenidos en todas las pruebas, restringiendo los contenidos hasta los de segundo medio, porque hasta segundo medio son iguales los currículo de los liceos TP y científico humanista".
De hecho, en la página 135 de la evaluación internacional lo reafirma: "Mientras que el currículo nacional fue diseñado para responder a las necesidades de dos grupos distintos de estudiantes, los marcos evaluativos de las PSU fueron diseñados en función de las necesidades de uno de los dos grupos".
Así, "las matrices de especificación de la PSU se enfocaron en el tercero y cuarto medio de la rama curricular científica humanista, descuidando los de la rama de la educación técnica profesional".
Para el secretario general de la SNA, Juan Pablo Matte, "teníamos grandes esperanzas, y nos parece una burla el anuncio. Nuestros alumnos tienen una expectativa de poder seguir sus estudios superiores, y que no se les modifique las pruebas más importantes, seguimos en el mismo punto. Lo lamentamos, porque desafortunadamente no es un avance".
"Es una burla para todos los que trabajamos en la educación técnico profesional", reforzó Silva y señaló que "no se trata de incluir todos los contenidos, hay que seleccionar aquellos que son predictivos".
NO ES UN AVANCE
Para el vocero de la sexta Región de los liceos TP, Robinson Storey "cualquier tipo de medida que se tome ahora no es suficiente, deberían existir exámenes específicos o que cada carrera tenga una prueba particular para nosotros".
Una alternativa, aseguró Storey, para el ingreso de los estudiantes TP a la universidad serían los propedéuticos o bachillerato, de manera tal que "se quite la PSU que sólo contribuye a segregar".
El ex presidente del centro de alumnos del Liceo 111 de la Cisterna y vocero de los TP durante el 2011, Gonzalo Rojas, "más allá de darle un visto bueno al anuncio, creemos que la PSU no debería existir, más allá de estas reformas, porque en el fondo igual terminamos perjudicados".
Esto, porque según el estudiante, la cantidad de horas en las materias no se equiparan con las de los estudiantes científico humanista. "Tenemos menos horas de lenguaje, por ejemplo, 3 horas de cada ramo en comparación con 10 de los otros colegios. Es una desventaja notable".
Un poco más optimista tomó la decisión el presidente de la Fech, Andrés Fielbaum, quien aseguró que "cualquier cambio que apunte a reducir la enorme segregación que genera la PSU -que justamente es una de las peores consecuencias de este sistema de educación que se entiende como un mercado- es un cambio positivo".