Ayer, más de 200 mil alumnos conocieron sus puntajes de la PSU y comenzaron a postular a una de las 33 universidades adscritas al Sistema Unico de Admisión (SUA). El proceso 2015 arrojó algunas novedades, entre ellas, una tendencia a la baja en los promedios de puntajes entre los recintos particulares pagados. De hecho, entre el proceso de admisión 2010 y 2015, los mejores puntajes promedio de este tipo de establecimientos han caído en torno a los 20 puntos, pasando de 722 a 695,5. Este último puntaje promedió este año el Colegio Cordillera, posicionándose por tercera vez como el recinto con mejor desempeño a nivel nacional.

De esta forma, es primera vez -en los últimos cinco años- que el mejor rendimiento de los particulares pagados no supera la barreras de los 700 puntos. Municipales y subvencionados, en tanto, mantuvieron sus puntajes promedio. En la lista de los 100 mejores recintos por PSU a nivel nacional, se encuentran cuatro municipales y sólo dos subvencionados (ver página 7). Además, el promedio de puntaje PSU, en general, también sufrió  una leve baja desde 2012. En ese año, el promedio entre lenguaje y matemática entre los recintos particulares era de 609,9 y el de los municipales de 452,8. En este último proceso, el desempeño de los pagados cayó a 600,2 puntos y con ello la brecha con los colegios públicos disminuyó a 143 puntos (ver infografía). En comparación con el año pasado, se registró una caída de 4,5 puntos entre los colegios  privados y públicos.

A juicio del director de Mide UC, Jorge Manzi, "las brechas dejaron de crecer en los últimos años y esto ha repercutido en los promedios de los colegios pagados". El experto explica que eso se debería a tres factores: "El aumento que se le dio al ranking de notas estaría generando una señal sobre el sistema escolar. Hace un tiempo, ingresar a la universidad dependía fuertemente de cómo te iba en la PSU, ahora también pesan las notas. Es una señal de que hay menos dedicación a preparar la PSU y a centrarse en el rendimiento de enseñanza media".

El Cruch decidió este año empezar con el ajuste curricular de la PSU, que significa que la prueba considera las materias que se están enseñanza en el colegio, tras los cambios realizados hace unos años por el Mineduc. "Cuando se cambia el currículum al sistema escolar le toma tiempo asimilarlo. Es posible que no haya tan alto desempeño, porque aún los recintos se están ajustando", dice Manzi.

Una opinión que comparte el jefe de admisión de la U. Católica, Juan Echeverría, quien dice que los cambios reflejados en los puntajes de la PSU tienen relación con las modificaciones realizadas por los rectores y que han respondido a aumentar la equidad, siguiendo la propuesta del informe Pearson. "La prueba se ha ido adaptando para efectos de reconocer distintas procedencias del escolar. (…) Efectivamente, se pueden estar presentando efectos positivos  para el sistema (contra los privados) que van hacia la equidad y que acortan las brecha entre los colegios privados y públicos".

CAMBIOS EN PUNTUACIÓN

Este año, por primera vez, a los alumnos que rindieron el test no se les descontó por las respuestas malas. ¿El resultado? Aumentaron las  correctas, el efecto más notorio se dio en lenguaje. En el proceso 2014, el porcentaje de respuestas buenas en dicha prueba era de 45%, este año llegó al 55%. En esa misma prueba, por ejemplo, el porcentaje de omisión llegaba el año pasado a 22% y ahora bajó a 2%.

La directora del SUA, Angélica Bosch, dice que se omitió menos de "lo que, incluso, esperábamos que se omitiera". La explicación, según la experta, es que "la gente que dejaba sin responder preguntas, era porque tenía dudas, no porque no sabía la respuesta". Manzi concuerda con ella y dice que se trata de personas que manejaban los conocimientos. Sin embargo, en matemática las respuestas buenas subieron de 31% a 37%,  pero esta alza se  debe más bien al azar, explica Manzi.