Publican la obra total de Armando Rubio, el eterno poeta joven de la literatura chilena

El volumen Poesía completa, publicado por editorial Universidad de Valparaíso, trae los poemas editados, dispersos e inéditos del poeta fallecido a los 25 años, en 1980. Mañana se presenta en librería Ulises de Lastarria.




Fue un hallazgo. Estaban en una bodega, en cajas, carpetas, poemas en cuadernos con dos, tres o más versiones. Un puñado de versos desconocidos del poeta chileno Armando Rubio Huidobro, fallecido con 25 años, en 1980. Y quien dio con ese tesoro hace cuatro años, tras la partida de su abuela, fue Rafael Rubio, también poeta, quien tenía cinco años a la muerte de su padre.

"Los poemas estaban en su mayor parte mecanografiados y agrupados en cuadernillos. Otros, se hallaban en cuadernos de apuntes, debidamente fechados", dice Rafael, encargado de editar Poesía completa, libro recién publicado por editorial Universidad de Valparaíso.

Con prólogo de un compañero de generación del autor, el escritor Mauricio Electorat, el título incluye el poemario póstumo Ciudadano (1983) y más de 50 poemas dispersos e inéditos.

Mañana viernes el ejemplar será presentado en librería Ulises de Lastarria, a las 19.00, por  Rafael Rubio, Mauricio Electorat y Cristián Warnken. 

"De estatura media, delgado, muy pálido, una manera de caminar ágil, de pasos breves y rápidos", lo recuerda Electorat en el prólogo. Ambos coincidieron en la carrera de Periodismo, en la Universidad de Chile, en 1979. "A nadie, al menos entre quienes lo conocieron y lo leyeron en su momento, se le escapa el aire de familia con Rimbaud, el adolescente eterno de la poesía europea: Armando Rubio es nuestro poeta de quince años. (…) Al igual que Rimbaud, Armando vino, fulguró y se fue", anota el narrador al inicio de Poesía completa, aludiendo también a su trágica muerte. Rubio cayó de un sexto piso, mientras celebraba una fiesta, de un edificio ubicado en el centro de Santiago, el 6 de diciembre de 1980. Rubio fue parte de una generación junto a Rodrigo Lira, Erick Pohlhammer y Bárbara Délano.

"No sé de donde viene mi costumbre/ de agravarme a las siete de la tarde./ Quizá sólo por ser un transeúnte/ sin bigote o pañuelo, sin zapato ni amante.// No sé para qué vivo y por qué muero,/ si ha tiempo me dijeron las gitanas/ que tendré vida cara con un final de perros:/ o sea que no pienso morir como Dios manda", escribió Rubio en uno de sus poemas más memorables titulado Ciudadano.

Los Rubio forman una tradición de poetas. Armando era hijo de Alberto Rubio (1928-2002), autor de La greda vasija y parte de la generación del 50. Mientras Rafael, su hijo, es Premio Pablo Neruda 2008 y ha publicado cinco poemarios, entre ellos Luz rabiosa y Mala siembra.

"Este trabajo de edición de su poesía completa tiene, sin duda, un significado más vital que literario para mí. Me permitió entablar una conversación extensa con mi padre, conocerlo más, verme en él, también. Nos permitió reencontrarnos. Su muerte pasó desapercibida para mi conciencia de niño; me habitué a su ausencia. Algo de rabia tuve al imaginar que mi padre había ido a una fiesta, y que se había quedado allí para siempre, celebrando", señala

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