La pequeña localidad de Bundanoon, en el estado australiano de Nueva Gales del Sur, aprobó anoche la prohibición de vender agua embotellada en el pueblo y la construcción de varias fuentes de agua públicas.
La decisión, que según sus promotores es una primicia mundial, logró el apoyo de una mayoría aplastante (350 votos a favor y dos en contra) en un pleno comunitario del ayuntamiento de Bundanoon abierto al público, después de que recibiera el favor de los comercios locales.
Los representantes de los habitantes del pueblo, que tiene unos 2.500 residentes, votaron a favor de la decisión porque están preocupados por el impacto que el uso de las botellas de plástico tiene en el medio ambiente.
La iniciativa nació después de que una empresa de bebidas anunciara sus planes para embotellar agua proveniente de una reserva subterránea de la localidad.
En 2008, los australianos gastaron unos quinientos millones de dólares locales (388 millones de dólares estadounidenses) en la compra de agua embotellada, un diez por ciento más que en 2007.