Una vez que Rusia anexó Crimea en marzo de 2014, el Presidente Vladimir Putin dijo que la futura construcción de un puente para unir la península con el territorio ruso sería una "misión histórica". Y su cometido ya empezó a concretarse. Días atrás se aprobó el proyecto, de US$ 4.500 millones, y los ingenieros rusos ya comenzaron a instalar los arcos para la línea férrea que cruzará el estrecho de Kerch, donde se unen el mar Negro y de Azov. Según la cadena BBC, tomará dos meses para arreglar el arco que pesa seis mil toneladas.
De acuerdo a la agencia Ucraniana de Información (Unian), el puente consistirá en una línea para trenes y una carretera paralela para automóviles, que tendrá cuatro pistas. La velocidad máxima será de 120 kilómetros por hora y está diseñada para transportar 40 mil vehículos por día. En el caso de los trenes, se consistirán dos líneas.
El puente, que tendrá 19 kilómetros de largo, comenzará en la península de Taman y se construirá junto con la ya existente represa de cinco kilómetros y la isla Tuzla, luego cruza el estrecho de Kerch.
Reportes de la prensa local, citados por el diario The Telegraph, señalan que el puente será el más largo y el más caro en la historia rusa. Se espera que su construcción este finalizada a fines de este año y estará disponible para los automóviles a fines de 2018 y para los trenes en 2019.
La anexión de Crimea le valió a Putin el repudio de la comunidad internacional, el rechazo de Ucrania y la aplicación de sanciones económicas, pero a nivel local significó el retorno de las "glorias pasadas".
Pero también el proyecto del puente ha suscitado críticas por su particular construcción. Un artículo de la revista Newsweek señaló que históricamente se ha intentado construir sólo un puente en el lugar: el que hizo el Ejército soviético en 1944 y que tenía 4,5 kilómetros de largo. Sin embargo, en los primeros seis meses los soportes fueron destruidos por icebergs. La publicación advierte que si bien esto no significa que una construcción bien hecha no pueda resistir, es importante destacar que ni durante la Unión Soviética ni tampoco Ucrania intentaron llevar adelante un proyecto similar.
Newsweek señala que asumiendo el generoso financiamiento, el puente puede ser construido, pero el diseñador ucraniano de dos puentes en el estrecho de Kerch, Georgy Rosnovsky, duda que pueda sostenerse por mucho tiempo, considerando las malas condiciones geológicas, entre las que se encuentran volcanes y un fondo fangoso, que no permite colocar cimientos. Lo más perturbador, advierte, es la alta actividad sísmica, por lo que los pilares tendrán que ser mucho más profundos que los que contempla el diseño actual.