Fue hace siete años cuando Tamara Mansilla, delantera del combinado de Independencia en la Copa Enel 2017, tuvo su primer encuentro con el fútbol. Un día de 2010 le dijo a sus padres que lo de ella era la pelotita y, por eso, quería ingresar a la escuela que Colo Colo mantenía en Puerto Montt, su ciudad.
En esas canchas vistiendo la camiseta del Cacique, y mientras la mayoría de sus amigas jugaba con muñecas y fantaseaban con princesas y castillos, ella comenzaba a fraguar un sueño que sabía no sería fácil, convertirse en futbolista y emular en este deporte lo realizado por sus grandes ídolos: Arturo Vidal y Jorge Valdivia.
Entrenó sin importar la lluvia o el frío de su natal Puerto Montt. A los 11 años pasó al Club Deportivo y Recreativo Puerto Varas, donde jugó en el campeonato profesional de la ANFP. Pero quería más.
Continuó trabajando esperando la oportunidad que sabía en algún momento llegaría, pues talento y dedicación le sobraban. Hasta que la chance llegó desde Santiago.
"Empecé a jugar a los 7 años en Puerto Montt, en la filial de Colo Colo. Un día me llamaron de Universidad de Chile, me vine a probar y quedé", recuerda la volante de los azules y también artillera de Independencia en la Copa Enel.
Pero para perseguir su sueño, la familia de la Peca, como la conocen sus amigos y compañeras de equipo, debía tomar una decisión tan importante como dura, dejar la tranquilidad puertomontina para trasladarse a la vorágine de Santiago, pues Tamara debía entrenar con la U en la capital.
La decisión no era fácil, pero tras varias conversaciones la familia de Tamara accedió. No podían ser ellos quienes le cortaran la ilusión a la Peca.
"Mi mamá se vino a vivir acá conmigo, mi papá se quedó en el sur y viene los fines de semana a vernos", explica Tamara, quien reconoce que la determinación familiar se dio "para que pueda cumplir el sueño de jugar fútbol" y que "fue una decisión que costó mucho tomarla".
Es que el traslado a Santiago fue un cambio radical en la vida de esta familia y no sólo por la lejanía del padre, sino porque la delantera del representativo de Independencia reconoce que su mamá "está aburrida en Santiago por el tráfico, porque cuando me acompaña a entrenar nos vamos en metro y éste siempre está lleno".
"Sé que están haciendo un gran esfuerzo, por lo que tengo que cumplirles en el fútbol y en los estudios", comenta la jugadora de 14 años.
Vestida de Rojo
Los sacrificios de Tamara y su familia poco a poco han comenzado a verse recompensados. Ya sea porque su buen pie le ha permitido transformarse en una de las buenas figuras de la Sub 15 y Sub 17 de Universidad de Chile, sino porque ese talento la llevó a ser nominada a la selección chilena Sub 17.
"Cuando me llamaron, no lo podía creer, es un sueño hecho realidad. Es algo casi inexplicable, algo que también me obliga a seguir adelante, a ponerle el doble de esfuerzo para subir mi nivel y así poder estar en la nómina del Sudamericano de 2018, que es mi gran meta", explica la jugadora.
Pero Tamara no sólo aspira a triunfar en las series menores de Chile y su club. También quiere emular lo realizado por la arquera nacional Christiane Endler, quien dejó el Valencia de España para recalar en el Paris Saint-Germain de Francia, transformándose en el traspaso femenino más caro en la historia del fútbol femenino español, merced a los 30 mil euros que pagaron los galos por su carta.
"Vivir del fútbol es complicado en Chile. Acá a las jugadoras no se les paga mucho, por eso me gustaría jugar en el extranjero", comenta la volante de salida de los azules.
Por su primer viaje
Tamara Mansilla debe compatibilizar sus entrenamientos en Universidad de Chile y la Selección con los trabajos que realiza Miguel Pinto, entrenador del representativo de Independencia en la Copa Enel 2017. Una carga física que esta pequeña y habilidosa jugadora realiza feliz.
Es que Mansilla sólo piensa en mantener la hegemonía mostrada por la comuna en el certamen en los últimos años, logrando un inédito tetracampeonato.
"Queremos seguir haciendo historia, repetir lo que han hechos otros equipos de Independencia y lograr el cuarto título consecutivo para la comuna. Tenemos excelentes jugadoras como para ilusionarnos, seleccionadas nacionales Sub 17 como Michelle Olivares, María Fernanda Varas, Martina Yévenes y yo", explica.
Y en el arranque del torneo de baby fútbol más importante del país no han defraudado, pues si bien en su último partido de la fase de grupos del torneo cayeron 4-3 ante Quilicura, los triunfos ante Til Til (44-0) y Lampa (18-0) le permitieron meterse en los octavos de final de la edición 2017 de la Copa Enel.
"Tenemos un gran equipo y sólo pensamos en el título", asegura la volante, quien espera conquistar el título tanto por el honor deportivo, como por el viaje a Italia que se harán acreedores los campeones.
"Nunca he salido del país y sería maravilloso que la primera vez que pueda hacerlo sea por esta copa. Jugar acá ha sido una experiencia maravillosa", comenta.
Por ahora, la Peca continuará jugando en Universidad de Chile, la Selección e Independencia, soñando con la gloria, los títulos y poder acercarse a lo hecho por Vidal y Valdivia, sus grandes referentes en una disciplina que sigue desde pequeña. Al primero lo admira "por la garra" y al Mago," por el talento".