La isla quedó totalmente devastada. La red eléctrica está arruinada, las carreteras cortadas, se han producido saqueos y existe escasez de agua, alimentos y combustible. Puerto Rico está "inhabitable" y se encuentra prácticamente incomunicada, mientras muchos de sus habitantes evalúan la opción de escapar a territorio continental. Este pequeño estado libre asociado de Estados Unidos se encuentra devastado tras el paso de María, el huracán categoría 5 (la más alta) que azotó el miércoles a la isla con vientos de más de 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales. Pueblos, casas, hoteles quedaron inundados y al menos 15 personas murieron. El Presidente Donald Trump declaró zona de catástrofe, lo que permitirá el desembolso de asistencia federal.
Ahora, Puerto Rico, de 3,4 millones de habitantes, evalúa su tragedia, a pesar de que las alertas de lluvias e inundaciones se mantienen. Decenas de municipios están aislados y la población estará bajo toque de queda al menos hasta hoy. También varios ríos se han visto afectados por el aumento del nivel de sus aguas. "La devastación ha sido amplia", reconoció el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, a la BBC.
El huracán, que entró al Caribe el martes tras pasar por Dominica y Guadalupe, ha sido la mayor tormenta que ha golpeado a Puerto Rico desde 1928. María se trasladó luego hasta República Dominicana, donde dejó a unas 140.000 personas sin electricidad y casi 3.000 viviendas afectadas. Y ayer pasó por las islas Turcos y Caicos, con vientos de 205 kilómetros por hora. A pesar de que hasta anoche aún generaba fuertes vientos y lluvias torrenciales, los meteorólogos estimaban que se debilitaría en las próximas horas. En total, el paso del María por el Caribe dejó 32 muertos.
Pero la situación en Puerto Rico es trágica. Los residentes enfrentaban ayer el inicio de la dura labor de reconstrucción pese a no tener electricidad, lo que está dificultando la evaluación de la magnitud del desastre. Además, a los millones de dólares de daños producidos por la tormenta, que aún no se estiman con claridad, se suma el hecho de que Puerto Rico está en bancarrota, con US$ 74.000 millones de deuda, además de poseer una tasa de pobreza del 45%.
Ahora, parece que la recuperación de Puerto Rico ha pasado de ser un proceso"largo a interminable", señaló The New York Times.
La isla está devastada económicamente y antes del arribo de María acababa de sufrir los embates de Irma. Tras su millonaria deuda, Puerto Rico se declaró en mayo en bancarrota en un hecho inédito para un estado o territorio estadounidense. En esa ocasión, el gobernador insistió en que esto no significaba que pararan las negociaciones con los acreedores, sino que esto aceleraría "los procesos".
A diferencia de Texas y Florida, golpeados por los huracanes Harvey e Irma, respectivamente, su cualidad de isla hace más difícil y costosa la entrega de ayuda. Además, requiere más tiempo.
También la comunicación es escasa. Rosselló dijo que no había tenido contacto con funcionarios en el 85% de la isla. Según el gobernador, se espera que varias partes de su territorio pasen meses sin electricidad. Por esta razón, Roselló llamó a los habitantes a cambiar la forma de cocinar.
También los analistas sostienen que es probable que el huracán retrase la inversión en la isla y paralice la industria del turismo, al menos durante un tiempo. Eso no hará otra cosa que deteriorar aún más la alicaída economía local.