Desde 2012 que la ampliación de la capacidad portuaria en la zona central del país, a través de la construcción de un Puerto de Gran Escala (PGE), ha sido un tema en discusión, aunque todavía no se ha tomado una decisión sobre su materialización.

Sin embargo, la estatal Empresa Portuaria de San Antonio (Epsa) ya dio un paso para conocer qué tan factible es concretar esta obra en su bahía, luego que en junio la consultora española Typsa le entregara el estudio de ingeniería básica de un eventual proyecto, que podría triplicar el aumento de la actual capacidad portuaria, añadiendo 6 millones de TEU a los actuales 3 millones de TEU de capacidad. Todo, con una inversión de US$ 3.300 millones.

"Se elaboró un estudio profundo de todas las características de la zona de emplazamiento en aspectos tales como la mecánica de suelos, corrientes, oleaje, vientos, geofísica, etc. A partir de esto, se desarrollaron los diseños de todas las obras marítimas, se modelaron las maniobras de ingreso y salida de las naves y se diseñaron todos los sistemas para el manejo de contenedores", comentó Daniel Roth, gerente del proyecto de gran escala.

El principal resultado del estudio fue la confirmación, a partir de sondajes marítimos, que San Antonio es apto para la instalación de las obras. El futuro puerto estaría ubicado al sur de la bahía de San Antonio, y estaría conformado por dos terminales, cada uno de ellos con un muelle de 1.730 metros de longitud, y una superficie de 96 hectáreas, que podrá atender de manera simultánea hasta 8 naves portacontenedores de 400 metros de eslora, con una capacidad máxima de 15.000 TEU.

Además, se contempla la construcción de una dársena interior y un rompeolas de 3.875 metros de longitud que protegerá del oleaje a la zona de atraque de las naves y a la zona de reviro. Una vez construido este puerto, tendría una capacidad para transferir hasta 6 millones de TEU al año, los que se sumarían a la actual capacidad de San Antonio de tres millones de TEU, triplicando la actual capacidad portuaria.

"Este es un proyecto de largo aliento. Se está trabajando para poder habilitar esta capacidad adicional a partir del año 2026, que es cuando los estudios de demanda indican se requerirá ampliar la oferta de frentes de atraque en la zona central", señaló Roth.

El estudio recomienda la construcción del proyecto por etapas, comenzando por el terminal ubicado más hacia el océano, para terminar con el más cercano a la bahía.

Financiamiento

La ampliación de la capacidad portuaria no es lo único que considera la construcción del PGE en San Antonio. Es así como la iniciativa contempla mejoras en el acceso vial, y en la vía férrea que conecta al puerto con Santiago, lo que implica dos fuentes de financiamiento.

"Por una parte, está la inversión pública destinada al rompeolas y dragado, más los accesos vial y ferroviario que asciende a unos US$ 930 millones. Esta se financia completamente con las tarifas que el puerto cobrará a las naves que lleguen a la nueva dársena, por lo que no se requiere aportes fiscales para su concreción. La segunda fuente de financiamiento corresponde al desarrollo de los terminales marítimos, que por ley deben ser concesionadas. En total, para los dos terminales se requerirá una inversión de US$ 2.400 millones destinada principalmente a la construcción de los muelles y el suministro del equipamiento para el manejo de contenedores", comentó Roth.

El proyecto considera un nuevo acceso vial que conecte a los dos terminales con el actual acceso, el que será ampliado de cuatro a seis pistas. En materia ferroviaria, se mantendrá el actual trazado desde Santiago, hasta poco antes de la estación Llolleo, lugar donde se dispondrá de una playa de 4 vías que servirá de estacionamiento temporal de los trenes con el fin de regular el tráfico desde el puerto y la línea actual. Este proyecto incluye, además, dos terminales ferroviarios con 5 vías y con una longitud útil para carga y descarga de trenes de 1.200 metros. De acuerdo al estudio, se espera llegar al 40% de transferencia de carga por ferrocarril.