Bávaro y Punta Cana, principales enclaves turísticos en el este de República Dominicana, están hoy en plena cuentas atrás para recibir los efectos del huracán María, que avanza desde Puerto Rico hacia el noreste de este país caribeño.

En la playa del Cortecito (Bávaro), empleados de los establecimientos más cercanos al mar se esmeraban esta mañana, ya bajo una persistente lluvia acompañada de ráfagas de viento, en proteger las ventanas de los locales con paneles de madera, mientras unos chicos desafiaban a la incipiente tempestad bañándose en unas aguas bastante agitadas.

Según los pronósticos, el ojo del huracán pasará el jueves por la madrugada a unos 100 kilómetros al norte de esa área.

Juan Carlos, un español afincado en la zona, los observa con calma y asegura a Efe que no percibe especial nerviosismo entre la población "porque no nos va a dar de lleno", aunque ve que la gente se está preparando adecuadamente para lo que venga.

En 19 años que lleva viviendo en el país ha acumulado experiencia en huracanes, de hecho vivió la llegada de Georges tan solo dos días después de su llegada a la República Dominicana, y va a vivir el aniversario de esa catástrofe, una de las peores que ha sufrido el país, bajo los efectos del ciclón María, ahora de categoría 3.

Otros, aunque no dan muestras de intranquilidad, sí reconocen estar algo inquietos por lo que se avecina, "porque parece que va a dar duro, hay que preparase", dice a Efe un joven del lugar.

En torno al mediodía muchas vías ya presentan gran acumulación de agua, y la intensidad de los efectos de las bandas de nubes que llegan del fenómeno empiezan a ser más intensas.

Cada vez más turistas ocupan el lobby del hotel más cercano al Aeropuerto Internacional de Punta Cana, esperando una habitación en la que alojarse después de que les hayan cancelado sus vuelos.

Es uno de los establecimientos con mayor trasiego de huéspedes, puesto que varios hoteles de la zona, al estar en primera línea de playa, no reserva habitaciones. Nada más llegar, los turistas reciben información sobre los protocolos de seguridad, sin que se perciba temor o nerviosismo por parte de los recién llegados.

Tampoco los turistas que esperan en el aeropuerto parecen alarmados, y reciben información sobre la situación de los vuelos aplazados, aunque algunas compañías están trasladando a los pasajeros hasta la capital para que puedan volar desde Santo Domingo, que no se verá tan afectada por el huracán.

Un total de 31 vuelos han sido cancelados hoy desde y hacia el aeródromo de Punta Cana, de acuerdo con fuentes aeroportuarias.

El sector turístico dominicano comenzó a aplicar los protocolos de seguridad y prevención en los complejos hoteleros del país, que tiene en el turismo la principal fuente de ingresos y que experimenta un incremento sostenido en la llegada de viajero.

Según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes (CNH) de Estados Unidos, María se encuentra a 20 kilómetros al oeste de Arecibo y a 155 kilómetros al este de Punta Cana, tras dejar la costa noroeste de Puerto Rico.

Continúa moviéndose a 19 kilómetros por hora en dirección noroeste, y mantiene vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora, de modo que continúa siendo un peligroso fenómeno de categoría 3.

Su aproximación a la costa noreste de la República Dominicana se produce dos semanas después de que los efectos del ciclón Irma dejasen daños materiales en el litoral atlántico, de modos que los suelos de muchas comunidades están colapsados, y coincide con el aniversario del paso del huracán George por el país, que dejó 287 muertos y cuantiosos daños materiales.