El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó hoy un decreto que prohíbe mítines y manifestaciones no autorizados en la ciudad de Sochi, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno, y sus inmediaciones durante las fechas en las que se va a celebrar el evento.
El líder del Kremlin modificó así el decreto sobre las medidas de seguridad especiales durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi después de los atentados suicidas de la pasada semana en la ciudad de Volgogrado, próxima al balneario que acogerá las Olimpiadas y los Juegos Paralímpicos entre el 7 de febrero y el 21 de marzo.
Los dos atentados suicidas perpetrados en menos de 24 horas en Volgogrado, la antigua Stalingrado, han encendido todas las alarmas a falta de un mes para la inauguración de los Juegos Olímpicos, uno de los proyectos más mimados y personales del presidente ruso.
La muerte de 34 personas los pasados 29 y 30 de diciembre ha puesto en duda la capacidad de Rusia de garantizar la seguridad en Sochi, balneario del mar Negro situado a escasos kilómetros del explosivo Cáucaso Norte ruso.
Precisamente, la seguridad era vista desde un principio como el principal hándicap para los primeros Juegos Blancos que organizará Rusia, que esperaba mejorar con este evento su imagen como país serio, estable y, lo que es más importante, seguro.
En julio pasado el líder de la guerrilla caucasiana, el chechén Doku Umárov, amenazó con abortar los Juegos, que tachó de "bailes satánicos sobre los huesos de nuestros antepasados".
"Como muyahidines estamos obligados a impedirlo por cualquier medio permitido por Alá", afirmó Umárov, que ha sido dado muchas veces por muerto, en un vídeo.
Mediante aquel vídeo, Umárov declaró el levantamiento de la moratoria a las operaciones terroristas fuera del Cáucaso, y argumentó que las autoridades rusas se lo tomaron como un "signo de debilidad" y "no como un acto de buena voluntad".
Las medidas de seguridad para Sochi fueron trazadas en 2009, cuando se decidió que 42.000 agentes de la policía y 10.000 efectivos del Ministerio del Interior se encargarían de garantizar el orden durante los Juegos.
Además, otros 23.000 efectivos del Ministerio para Situaciones de Emergencia serán desplegados por todas las instalaciones deportivas y pistas.
Después de endurecer las leyes antiterroristas, Putin emitió en noviembre un decreto por el que los rusos que visiten Sochi entre el 7 y el 21 de febrero tendrán que registrarse ante las autoridades migratorias locales en los tres primeros días desde su llegada a la ciudad, cuando hasta ahora el plazo era de 30 días.
En cuanto a los extranjeros, estos tendrán que informar a las autoridades sobre su lugar de residencia provisional y su plazo de estancia en el plazo de un día desde que arriben a la ciudad, cuando hasta ahora era de una semana.
En prevención de posibles atentados con bomba, también ha sido prohibido por ley el acceso por carretera a Sochi.
Además, todos los obreros procedentes de otros lugares de Rusia serán enviados a sus lugares de origen varias semanas antes de la ceremonia de inauguración de los Juegos.