El presidente ruso, Vladimir Putin, firmó el jueves un acuerdo con Kazajistán y Bielorrusia que crea un vasto bloque comercial que espera sea un contrapeso para el poder económico de Estados Unidos, la Unión Europea y China.
Putin niega que la formación de la Unión Económica Euroasiática con otras dos ex repúblicas soviéticas, junto a la anexión a Rusia de la región ucraniana de Crimea, signifique que él quiera reconstruir una Unión Soviética poscomunista, o tanto de ella como pueda.
No obstante, busca que la alianza -con un mercado de 170 millones de personas, un producto interno bruto (PIB) anual combinado de 2,7 billones de dólares y vastas riquezas energéticas- demuestre que las sanciones occidentales impuestas debido a la crisis en Ucrania no aislarán a Rusia.
Ucrania ha restado importancia al acuerdo, otros ex estados soviéticos están recelosos respecto a unirse a un grupo que podría volver a dar a Moscú influencia sobre ellos, y Kazajistán defendió enérgicamente su soberanía durante las negociaciones, lo que forzó a Putin a moderar sus ambiciones.
"Nuestra reunión de hoy tiene, por supuesto, una relevancia especial y, sin exagerar, marca una época", declaró Putin respecto al tratado, firmado en Astaná, la moderna capital de Kazajistán.
"Este documento lleva a nuestros países a una nueva etapa de integración, al mismo tiempo que preserva completamente la soberanía de los estados", agregó.
El presidente kazajo, Nursultán Nazarbayev, dijo que contempla a la nueva alianza como una importante fuerza competitiva.
"La principal misión de nuestra unión en la primera mitad del siglo XXI es (...) primero, obtener una ventaja competitiva natural como un puente económico entre Oriente y Occidente, entre Europa y Asia", sostuvo.
La Unión Económica Euroasiática entrará formalmente en vigor el 1 de enero del 2015, una vez que haya pasado por la formalidad de ser aprobada por los parlamentos de las tres ex repúblicas soviéticas.
La alianza -una idea planteada por primera vez por Nazarbayev en 1994, pero ampliamente ignorada en ese entonces- concreta el sueño de Putin de unir a países con una mentalidad parecida y se vale de la nostalgia de muchos rusos por el orden y relativa estabilidad política y económica del imperio comunista soviético, que colapsó en 1991.
Tras 14 años en el poder como presidente y primer ministro ruso, Putin considera a la creación del bloque como un legado político personal.
El tratado ahonda vínculos forjados cuando los tres países dieron el paso inicial de crear una unión aduanera en el 2010 y garantiza el libre tránsito de bienes, servicios, capital y fuerza laboral, además de coordinar políticas para grandes sectores económicos.
Al ser consultado el sábado si está tratando de revivir el imperio soviético, Putin respondió: "Intentan colocarnos esa etiqueta - la etiqueta de que estamos tratando de restaurar un imperio, la Unión Soviética, hacer a todos subordinados. Esto no corresponde en absoluto con la realidad".