Tras el incendio en un local nocturno de Perm que causó la muerte de al menos 113 personas, el primer ministro ruso, Vladimir Putin, prometió hoy ayuda a las víctimas y familiares de la catástrofe.
Putin se trasladó en la tarde del lunes y sin previo aviso a la ciudad de Perm, situada junto a los Urales. Allí anunció que las familias de los fallecidos recibirán 11 mil euros de ayuda inmediata, mientras que los heridos obtendrán 9 mil euros.
Por la noche, en el lugar de la tragedia el ex presidente ruso depositó una ofrenda de rosas rojas y guardó un minuto de silencio por las víctimas.
El fuego, que se desató el viernes por la noche en una discoteque, fue presuntamente provocado por fuegos artificiales que incendiaron el techo del local. Gran parte de las 250 personas que se encontraban en el local murieron aplastadas o asfixiadas. Además, unas 130 personas, en su mayoría jóvenes, resultaron heridas.
El dueño del club nocturno y varios colaboradores que no respetaron las normas de seguridad fueron detenidos.
Putin anunció en Perm cambios en el código penal, en relación a la detención de empresarios. "Debemos mejorar las leyes", señaló el jefe de gobierno ruso. En este sentido, acusó de negligencia a los propietarios del club y demás responsables de la tragedia, señalando que "cometieron todos los errores que podían cometerse".
Además, declaró que no podía entender que se lanzaran fuegos artificiales en un espacio cerrado. "Y más cuando en las instrucciones se lee, en ruso, que no deben usarse en lugares cerrados", agregó.